La EN-B media del fabricante esloveno no es nueva en el mercado, pero sigue vigente en la colección de la marca de los hermanos Valic. Una vela que, como el resto de la familia, es muy correcta y cumple con lo que promete, especialmente en materia de comodidad y seguridad. Los parapentes de Triple Seven ponen énfasis en características que hacen falta para triunfar en vuelos de cross. Planeo y velocidad son, principalmente, los detalles sobre los que trabajan Urban y Aljaz. También han intentado implementarlos en esta modesta EN-B, que realmente no es la más avanzada que ofrecen los eslovenos para la categoría club. Este parapente comparte tacto con algunas de sus hermanas, como por ejemplo la mayor (EN-C) de nombre Queen2 que tuvimos la oportunidad de probar hace poco. Ofrece unas reacciones generales similares que combinan el tacto de una vela clásica con un producto de mando directo y divertido. Tejidos tradicionales, suspentaje con funda... la hacen versátil y duradera. TACTO GENERAL Navegando transmite comodidad y solidez. El mando tiene tacto agradable y resulta directo. Es muy similar al de su hermana EN-C aunque, por supuesto, con un mayor recorrido para aportar una superior seguridad dada la categoría a que pertenece y los pilotos a que va destinada. Rinde muy bien con un poquito de acelerador. Diría que alcanza su máximo planeo llevando los frenos libres e incluso el pedal hundido unos centímetros. Llega a alcanzar una velocidad máxima muy interesante. Mucho para la vela que es. Rayar los 53-54 km/h (partiendo de unos 38 de velocidad trim) es una excelente cifra. El largo acelerador, que es blando al principio y se endurece en el segundo tramo, también viene equipado con una bolita que limita y transforma el sistema, como la Queen2. El conjunto también se ve complementado en el extremo por el mismo gancho Brummel de pequeño espesor que lleva aquella. EN EL SUELO El alargamiento moderado de 5,4 puntos facilita el control. El inflado es sencillo. Se eleva en bloque y de manera progresiva, lo que permite no pillar desprevenido al piloto. Aun así, en condiciones de viento suave no es nada perezosa. Se queda sobre la cabeza con un leve toque de los frenos. Sustenta con rapidez, pero de un modo muy dosificable y controlado, invitando a acelerar la carrera y salir a volar. GIRO Y ASCENSO El tacto del mando es, como decía con anterioridad, bastante directo. Pero según mi impresión adolece de cierta coordinación aportando algunos movimientos en el eje de guiñada que cadencian y restan regularidad al viraje. En eso me recordó por completo a la Queen2, con la que también comparte una buena capacidad para girar núcleos estrechos y mantener relativa eficiencia a pesar de esas pequeñas traslaciones. La gran presión de las puntas cuando se navega no es tan alta cuando se gira. De vez en cuando entra alguna. Cuando testé su hermana mayor, que se comporta parecido en ese sentido, aventuré que quizás se debiese a ligerísimas pérdidas de presión por culpa de esos leves movimientos en el eje vertical referidos previamente. Pero como dije para la “C”, la Knight es correcta, asciende con diligencia hasta el techo de las térmicas (aunque no es de los modelos más informativos y "husmeadores" de térmicas) y sorprende por su rendimiento aunando planeo y velocidad cuando empieza a navegar. VOLANDO: DOBLE PERSONALIDAD Aunque Triple Seven fabrica una EN-B que por su alargamiento y planeo estaría por encima de la Knight (llamada Rook2), esta modesta alternativa ofrece buen planeo, flotabilidad, y avanza con gran estabilidad. Con 51 cajones, tiene un perfil muy definido. A pesar de una construcción más compleja que otros de sus competidores, el Knight no es un parapente demasiado pesado, aspecto que redunda en sus prestaciones. Es estable en cabeceo e invita a usar el acelerador. A pesar de la categoría en que está enmarcado no cae de manera alarmante cuando el pedal se hunde a tope, aunque evidentemente no es su vocación. El alabeo es rápido y el principio del giro comienza con solo insinuarlo. Podríamos hablar de doble personalidad para una vela sobre la que si se actúa con suavidad ofrece una gran comodidad y estabilidad, pero si se pilota con dinamismo sorprende por sus ágiles movimientos. Tuve ocasión de compartir transiciones en un vuelo de distancia con varias de las velas más modernas y avanzadas de la categoría EN-B. Y, aunque es evidente que había diferencias a favor de esos nuevos modelos, la Knight mantenía el tipo exigiendo un poco menos de pilotaje en algunos casos, y muchísimo menos en otros (no en vano la vela con la que compartí espacio aéreo ese día está entre las más "picantes" de su categoría). No penaliza demasiado volando viento en cara y mantiene una gran solidez aunque vaya en la mitad del rango de pesos. Cargada –aunque sin llegar al tope- va muy bien. Pierde algo de flotabilidad pero nada decisivo salvo que las condiciones sean marginales. A pesar de lo directo de su mando, el punto de pérdida está muy lejos y es perfectamente reconocible. Las orejas son estables y reabren bien, aunque se agradece un poco de acción del piloto para extraerlas y continuar la navegación. La reapertura de incidencias tanto inducidas como intempestivas es rapidísima, como cabe esperar de una vela de esta categoría. CONSTRUCCIÓN Y ACABADOS Los acabados son cuidados y limpios. Como ocurre en las velas más avanzadas de la marca, las bocas de cajón llevan en sus flancos unos adhesivos cortados de modo muy original para rematar el cruce de varillas del Shark Nose. La parte inferior de la entrada de la boca lleva una buena porción de tejido colocado en doble, lo que confiere mayor rigidez en la zona. El “dobladillo” no va cosido, algo que contribuye a un acabado más limpio sin costuras que puedan debilitar el tejido. Las bandas son de Kevlar de 13 mm., más anchas en la base e identificadas con colores diferenciados (izqda./dcha.). El borde de fuga cuenta con mini-costillas. Los mandos son los habituales de 777. Su tamaño es medio y son blandos, pero llevan una varilla central (amovible) para conferir algo de rigidez. Van equipados con quitavueltas (en este caso el cordino no lleva una funda adicional de protección, como sí ocurre en la Queen2) y se fijan con imanes. El reenvío del freno es ancho y no demasiado largo, con un anillo cerámico por donde pasa el cordino (en lugar de polea). Las poleas del acelerador son Harken P18, como otros parapentes de la familia. Fabricado en duradero Dominico 20D MF, con Dominico 30D MF en el borde de ataque. Costillas, diagonales y mini-costillas van montadas en Porcher Skytex 40 Hard. El suspentaje combina Liros PPSL y Edelrid A-8000-U. Los cordinos no llevan funda en la parte superior aunque en la inferior van enfundados a pesar de conservar el diámetro. Esto aporta un extra a nivel de duración, sobre todo cuando no se despega en moqueta o hierba. PILOTOS A LOS QUE VA DESTINADA El Knight es un modelo pensado para pilotos que comienzan a dar sus pasos en el mundo del vuelo térmico y la distancia y, por supuesto, para todos aquellos que hacen vuelos recreativos buscando una alta reserva de seguridad. Es cierto que tiene un mando directo para la categoría, pero eso no supone problema alguno para pilotos que hayan acumulado experiencia tras sus primeros vuelos de escuela. Es la primera vela EN-B de la marca tras la básica Pawn y, por tanto, su propuesta para pilotos que quieren ir más allá después de sus primeros pasos. Guillermo Niño, uno de los propietarios de la vela de Triple Seven que nos ocupa, dice de ella: "Lo que más me gusta de la Knight es que es una vela fácil, que inspira confianza, de reacciones nobles y que se muestra sólida incluso acelerada, pero que a la vez te habla acerca de lo que está pasando en el aire, ayudándote a centrar térmicas, incluso las más débiles. Perfecta para progresar en el vuelo térmico y de cross sin estrés". Sin embargo, viendo lo que ofrece y el dinamismo de su mando, considero que dará más satisfacciones a pilotos en fase de progresión que a aquellos que no son completamente autónomos aunque hayan superado las primeras fases de su formación. Es una vela completa y duradera con la que los pilotos con talento podrán cubrir distancias que parecen reservadas a útiles de categorías más avanzadas y que, por tanto, exigen mayor compromiso. Se fabrica en 4 tallas y 3 combinaciones de color. Más información en: 777gliders.com/gliders/knight/ En España: www.parashop.es/ José Isidro Gordito
0 Comentarios
La Mantra 7 desembarca con mejoras que incrementan notablemente el rendimiento de la serie anterior, aunque el ala reduce su alargamiento. La renovación del exitoso parapente EN-D de Ozone llega con un nuevo sistema de control de las bandas traseras y multitud de ventajas, pero mantiene el espíritu de una familia ya convertida en legendaria. Pocas generaciones han bastado para convertir la familia Mantra en todo un “clásico”. La serie anterior a la actual, la “M6”, ofrecía un compromiso casi imbatible en términos de comodidad y prestaciones aprovechables. La satisfacción de sus usuarios, así como la de aquellos atrapados por su versión ligera, denominada “LM6”, ha suscitado una gran expectación ante esta nueva vuelta de tuerca del fabricante. El Mantra “M7” aterriza en la categoría con interesantes mejoras de diseño y construcción que elevan el rendimiento. Sin embargo, la marca ha querido conservar las características esenciales que han hecho las delicias de muchos pilotos alrededor del mundo, siempre encantados a bordo del parapente que reemplaza. Conserva la esencia crossera de su predecesor, pero gracias a sus mayores prestaciones también está atrayendo las miradas de muchos pilotos de competición de ligas menores (entendiendo las pruebas de la PWC como las de nivel superior) que no quieren, o no necesitan, dar el salto a velas de dos bandas con mayor alargamiento que exigen igualmente un mayor compromiso. ¡POR FIN! Desde la aparición de su antecesora han transcurrido algo más de cinco años, con lo que la comunidad se mostraba ansiosa por ver el resultado. El nuevo modelo de tres bandas deriva de un desarrollo completamente nuevo basado en la información obtenida poniendo a punto la Enzo 3, la Zeno y analizando los 52 prototipos de la Delta 3. De hecho, cubre el escalón lógico que queda entre las dos últimas. Reduce el alargamiento de la versión anterior (6´5 puntos frente a 6´9) e incrementa el número de cajones en 12 (ahora 78 –los mismos que tiene el Zeno, en cuyo perfil, planta y arco se inspira-, lo que redunda en una mayor tensión, definición y limpieza del perfil, a la vez que desemboca en superior precisión y mejores prestaciones). Recorta levemente su peso, su superficie y readapta sus horqullas, ya que la marca ofrece dos tallas adicionales. Nada más sacarlo de su embalaje se aprecian esos detalles de calidad que informan del hecho de estar frente a un artículo solvente y fiable. Quienes hayan disfrutado de la serie anterior se percatarán rápidamente de los cambios pero también suspirarán al comprobar que sus atributos, y muchos signos distintivos de la firma, se mantienen en esta nueva generación. ANTES DE SALIR A VOLAR La incorporación de tejido de escaso gramaje en el intradós aligera el inflado, que es homogéneo y posibilita un control fácil en condiciones suaves, pero resulta más complejo con viento. A pesar de su alargamiento estamos ante un parapente que requiere un comportamiento activo del piloto y una correcta temporización para evitar que nos adelante en condiciones que no sean laminares. En ocasiones las puntas oscilan hasta que el conjunto adquiere presión, pero nada que sea nuevo para un piloto de la categoría. He podido hacer bastantes pruebas traccionando más o menos de las líneas centrales, de las de los estabilos, despegando en cobra, dejando que la vela subiese descontrolada o descontrolándola voluntariamente y debo decir que no hace nada que no se espere. Los comportamientos negligentes se pagan y nada se arregla de manera milagrosa como podría ocurrir con una vela de homologación inferior. Pero cuando todo se hace correctamente el parapente va hacia arriba bastante en bloque, se estabiliza sin problemas (el recorrido de freno es más largo que el de su antecesora, y los que la sustituyan deben tenerlo en cuenta), toma carga con mucha autoridad y prácticamente obliga salir a volar. Con este desarrollo reitero que los pilotos provenientes de la categoría inferior no deben olvidar que es un parapente situado un peldaño por encima, aunque ofrezca una comodidad y seguridad en vuelo cercanas a las de su hermana menor Delta3. Quienes estén familiarizados con la categoría, o tengan bien asentadas las bases de la anterior (EN-C), la encontrarán dosificable y cómoda desde el principio. VOLANDO En el aire, la M7 se muestra sólida, compacta e intuitiva. Su cohesión y movimiento en bloque es muy similar a los de la vela que reemplaza, que destacaba por su estabilidad autorizada en gran medida por el anclaje retrasado de sus líneas A. Es algo menos rígida, probablemente por su construcción interna y el tejido más ligero del intradós. Pero eso también reduce las inercias y, por tanto, mejora la seguridad. Es estable en cabeceo. Prácticamente no se retrasa nada, como tampoco abate de modo brusco. A pesar de todo el mordiente ha aumentado en relación a la M6 y en condiciones movidas también exige actuación con movimientos de mayor amplitud, probablemente por el incremento de la longitud de los frenos. Pero en general absorbe mejor la turbulencia, que transforma en altura, y da, si cabe, menos trabajo. Una mayor compacidad ha reducido movimientos en el eje de guiñada y todas las reacciones son dóciles para tratarse de una D. Es más exigente que una Delta3, y requiere más pilotaje, aunque nada alarmante para voladores que conozcan bien la categoría o abandonen la clase C por estar preparados para “ir más allá”. Con su nuevo arco la M7 es estable en atmósfera turbulenta donde, como decíamos antes, transforma cada movimiento en ascenso, ganando sustentación como lo hacen las velas de competición más avanzadas. Los datos que transmite para volar térmica son adecuados, aunque desde mi punto de vista -y puntualizo que tal vez no sea completamente objetivo en ese sentido por mi gusto personal y porque los parapentes que empleo habitualmente son ligeros y ultrasensibles- mejoraría si fuese aún más informativa. Gira y sube fantásticamente y su gran planeo permite barrer una zona muy amplia para detectar ascendencias. Aunque se trata de una vela con alma “de competición” admite tanto el uso de arneses pensados para alas de dos bandas como de otros más sencillos, de peso intermedio, ideados fundamentalmente para vuelos de cross. La resistencia parásita será menor con los primeros, algo que redundará en el rendimiento, pero con los segundos la sensibilidad se verá incrementada. Lo que no recomiendo (aunque he podido hacer algún vuelo con una y reconozco que la M7 sigue manteniendo su eficacia) es emplear sillas ligeras de montaña que reducirán estabilidad y penalizarán la eficacia de un parapente de altas prestaciones con un aumento de “drag” y, tal vez, movimientos parásitos. A pesar de que sigue siendo directo (para algunos más que antes), y hace que el parapente sea muy ágil, el mando es ahora más largo y blandito que el de la M6 con la misma carga. Este aspecto redunda en mayor comodidad cuando se gira, e imposibilita la actuación sobre el borde de fuga cuando se navega manos arriba actuando sobre las bandas traseras. Mantiene suficiente longitud como para disminuir mucho la velocidad (importante para sacar todo su potencial en ascenso girando en térmica y aterrizar en espacios pequeños) reservando una alta seguridad. Y, por supuesto, permite poder empuñar los mandos en posición de pilotaje activo con una vuelta sobre la mano. Planeo y velocidad “a frenos sueltos” son superiores a las de la M6. La marca apunta que son iguales a los de la Zeno, pero es cierto que hay diferencias entre ambas cuando se usa el acelerador, algo que ocurre casi en todo momento cuando se maneja este tipo de velas. La M7 va muy bien viento en cara. Avanza y planea de maravilla, pero se entiende perfectamente que Ozone mantenga la Zeno en la colección no solo por tratarse de un buen vehículo introductorio a los bólidos de dos bandas. La Mantra da, como dice el fabricante “una nueva oportunidad de competir contra las velas de competición de dos bandas en términos de prestaciones, control y placer de volar”, pero evidentemente no es dos bandas aunque nos sintamos “casi” como debajo de una. La diferencia de prestaciones tal vez no sea muy importante para un piloto de cross, pero un competidor debe tener en cuenta que, sobre todo polea con polea, su hermana ofrece ciertas ventajas. El acelerador es cómodo. Con un arnés de competición me ha parecido relativamente blando y sencillo de accionar. Con una silla ligera no me ha resultado muy diferente. Es fácil volar de manera activa mientras se acelera usando el nuevo dispositivo de control de las bandas traseras (sistema ACR) que permite sentir y controlar la vela sin crear resistencia o inducir movimientos de cabeceo por la intervención sobre los frenos. El accesorio es un puente con una generosa base de neopreno que actúa sobre el rango C y B simultáneamente, sin deformar el perfil. Un par de poleas alinea el trabajo y desmultiplica la fuerza a aplicar, que debe hacerse bajando el sistema (con los pulgares hacia arriba y hacia atrás) y no tirando hacia atrás. Comparado con el uso de los frenos el ingenio es un poco físico, pero muy eficaz. Permite incluso realizar giros completos conservando una competente tasa de caída. Olvida los frenos salvo para subir en térmicas potentes y siéntete como si volases una vela de dos bandas en transición: el rendimiento de la nueva M7 te hará entrar en otra dimensión, desconocida para quienes sólo han pilotado parapentes con asas (o bolitas, o palitos…) en C´s sin unión a B´s, o al menos sin una actuación tan simultánea sobre ambas. Ricky Porlasnubes, uno de sus usuarios, dice sobre la vela y su sistema: “lo que más me ha sorprendido de la M7 es el extraordinario mando que tiene pilotando con las C, conseguido en gran medida al trabajar conjuntamente con las bandas flotantes B. Se obtienen giros planos eficientes, de radio más cerrado si la llevas al límite, y permite incluso controlar la vela en ambientes bastante turbulentos”. Aunque no todo son ventajas. Un sistema más complejo impone no sólo un incremento de peso; también un aumento de volumen que puede producir enganches (durante el despegue o incluso en caso de incidencia) en las bandas o líneas adyacentes. Me ha ocurrido jugando en el despegue, y por ello sugiero hacer una correcta revisión pre-vuelo y evitar reducir la tensión sobre las bandas, o efectuar movimientos violentos durante la fase de abandono del suelo. Hay quienes se han quejado de que el sistema de control de las bandas traseras está demasiado alto. Creo que puede tener que ver con el arnés utilizado y la altura del anclaje de los mosquetones. Personalmente no he tenido problemas con la talla MS ni con una silla de competición ni con una de montaña, y puedo concluir que me parece situado a una altura tan ideal como estaba el asa de las anteriores Mantra. La altura a la que está permite el funcionamiento más idóneo del sistema de poleas; mucho más que si las bandas fuesen más cortas o el anclaje se situase más abajo. La apariencia de las bandas resulta familiar, si bien han cambiado ligeramente. El aspecto general es similar a dos ramales principales en forma de "V" conectados por el sistema de control de las traseras. Con, por supuesto, los brazos necesarios para conformar todas las ramificaciones que debe llevar una tres líneas. Los bucles donde anclan los mosquetones del arnés son de menor espesor y las C´s también tienen una especie de doble ramal. El reenvío de la polea parece haber aumentado ligeramente su longitud para ofrecer mayor riqueza de pilotaje, pero el cordino donde va anclada tiene un diámetro menor para inducir menor resistencia. La tasa de caída es muy buena y la vela flota ofreciendo la sensación de poder llegar a cualquier parte e invitando a usar el acelerador entre uno y dos tercios sin ninguna moderación. La velocidad es muy aprovechable, porque mantiene una tasa de caída muy competente en toda la extensión del acelerador. Hay quienes dicen echar de menos algo más de punta, pero considero que lo importante no es el “número” máximo al que se puede llegar sino el tiempo que se está con el acelerador pisado, que es lo que desembocará en una mayor velocidad global. En ese sentido la M7 resulta muy equilibrada. He probado la talla MS cargada a tope pero también con 1, 2 y 8 kilos menos del máximo admitido. Las sensaciones han sido parecidas en lo que respecta a seguridad, con poca penalización de su capacidad para subir cuando va con mucha carga pero mejor mando, velocidad y sensación de rigidez. Creo que, para el tipo de vela que es, moverse en una horquilla de entre aproximadamente 1-2 kg por debajo del tope y la carga máxima es lo idóneo para extraer todo su potencial. GIRAR Y SUBIR Es muy ágil y dinámica, con muy buen giro gracias al mando cómodo y preciso. Resulta sencillo colocarla en el lugar idóneo. El borde de ataque se mantiene alto aunque los giros sean muy cerrados. Es capaz de cerrar estos casi como su hermana menor. Sube con facilidad y no es raro estar muy alto en poco tiempo. El tacto general es muy similar a las nuevas creaciones de la marca, como por ejemplo la Rush5. Salvando las distancias, por supuesto, hacen sentir que son hijas de los mismos padres obsesionados por la comodidad y el rendimiento real. SEGURIDAD Las Mantra siempre han destacado por ser velas cómodas y seguras, enclavadas en pleno centro de la clase D. El nuevo desarrollo absorbe correctamente las turbulencias en navegación y cuando el ambiente está agitado sus abatidas y movimientos en el resto de los ejes son muy manejables. El ala mantiene su cohesión y con un poco de pilotaje activo no tiene intención de perder la compostura aunque de vez en cuando muestre toda su energía y obligue a ser autoritario con los mandos. La reducción de alargamiento hace de ella más segura y menos tendente a las corbatas que la M6, si es que podemos hablar de un comportamiento negativo en ese sentido de un modelo seguro del que personalmente sólo puedo hablar maravillas (más de 700 horas bajo M6´s y LM6´s de distintas tallas me sirven para no emitir juicios infundados). Su mando tiene una longitud tan aprovechable que el punto de pérdida se encuentra muy lejos y es perfectamente reconocible. El planeo puede degradarse “pajareando” para entrar en aterrizajes pequeños sin miedo a dejarla sin energía. Es, también, muy resistente al giro negativo. El comportamiento ante plegadas, tanto intempestivas como inducidas, es muy sano y es verdad puede hacer pensar que se está bajo una vela de categoría inferior. El parapente mantiene la trayectoria con poca intervención del piloto, aunque no podemos olvidar que se trata de una serial de alto rendimiento. Las orejas clásicas con A´s entran con facilidad, pero son realmente inestables. Sin duda uno de sus puntos negativos. Hay quien prefiere hacerlas -y así lo recomienda la firma- con las líneas CR3 (que están un poco altas y son difíciles de alcanzar para este propósito) pero incluso con acelerador la tasa de caída es insuficiente para bajar con celeridad. Coger la línea de las orejas desde más arriba tampoco parece una buena solución. Desde mi punto de vista es preferible hacer otras maniobras de descenso rápido. Las maniobras dinámicas empleando los frenos son precisas y divertidas. Es cierto que se trata de una máquina pensada para el cross y no el freestyle, pero el tacto y precisión facilitan las maniobras de descenso rápido. La restitución de energía en el aterrizaje es muy buena y tomar tierra es sencillo, pero se debe estar preparado para un largo planeo muy cerca del suelo con una vela que flota mucho. Hemos podido probarla en vuelos de distancia en condiciones turbulentas (el primero fue uno atravesando una cadena montañosa con “el Tío La Vara” proporcionando buenos garrotazos), otros de varias horas en atmósfera más calmada, vuelos en condiciones cíclicas y marginales… y nos ha gustado su compacidad y la confianza que transmite. CONSTRUCCIÓN Y ACABADOS La construcción y acabados lleva el sello habitual de la marca. Muestra detalles heredados del desarrollo de otras alas de alto rendimiento de Ozone y también el nuevo Shark Nose sin varillas cruzadas y con Mylar que ya hemos visto en la Rush5 y la Buzz Z6. Los mandos, cómo no, son los habituales de Ozone: grandes y blandos, más adaptados a manos de buen tamaño o a quienes las hacen “pasar por el aro” para pinzar el cordino entre pulgar e índice. Sin quitavueltas. Fabricada en tejido duradero Dominico 30D en extradós pero aligerada con Skytex 27 classic en el intradós (siguiendo la línea de la Zeno, de la Enzo 3…). Las costillas siguen una receta combinando Skytex 27 Hard y Skytex 40 Hard. Todos los cordinos (excepto el habitual del freno) son sin funda de la serie 8000U de Edelrid. MANTENIMIENTO Aunque puede implicar algo menos de mantenimiento que las velas de dos bandas modernas -lo que es otra de sus ventajas frente a ellas- la M7 también requiere unos cuidados específicos para conservar sus prestaciones en el tiempo. Revisar la longitud de sus cordinos, liberando bucles cuando sea necesario (recomiendo un control a las 40-50 horas, aunque no haga falta obligatoriamente ninguna modificación y otro a las 80-100) y por supuesto sustituyéndolo en el momento preciso (he cambiado suspentajes en mis M6´s-LM6´s entre las 100 y 150 horas, con lo que entiendo que la M7 lo requerirá en plazos similares), se da por descontado. PILOTOS A LOS QUE VA DESTINADA El despliegue tecnológico de que se beneficia ofrece un rendimiento elevado en un parapente deportivo que no resulta tan técnico de volar como una vela de dos bandas. Transmite mucha confianza y por ello es perfecta para veteranos de velas de competición que quieren volar más tranquilos y, por supuesto, fanáticos de la distancia que no dudan salir a volar en condiciones turbulentas… Me atrevería a decir que es ideal para aquellos que no comprarían una EN-C porque precisen más prestaciones (y tengan superado el manejo de esta clase), pero a los que una Zeno les parezca demasiado, no se vean con la capacidad de extraer todo su potencial o sencillamente no la necesiten por no competir en determinados círculos o por dedicarse exclusivamente a hacer distancia sin participar en torneos. Sea para cross o competición –siempre con permiso de las aeronaves de altas prestaciones de la firma- la M7 es una vela que no deja indiferente. Convierte la energía en altura. Ofrece un giro natural, dinámico, eficaz. Tiene un tacto firme y una respuesta al pilotaje directa y divertida. Y entra en otra dimensión: la de las velas de gran planeo y velocidad que, con tres bandas, rivalizan con las de dos. Gran rendimiento pero con la seguridad de una vela de homologación EN-D estándar capaz de mantener al piloto sin estrés por su solidez y cohesión. Rendimiento sobresaliente con un compromiso seguridad-prestaciones de altísimo nivel. Es cierto que habrá muchos competidores que puedan dudar entre dos parapentes del mismo fabricante con idéntica homologación. Pero si se es analítico es fácil dilucidar que, compartiendo letra, no son iguales. La M7 es más fácil de manejar, más cómoda y puede permitir que pilotos que no pisan constantemente puedan tener confianza para hacerlo. Hacerlo, me refiero, en el mismo escenario en el que tal vez levantarían el pie del pedal en la versión dos bandas. Este es su fuerte. También es verdad que un piloto con talento puede vencer una manga de competición con una M7 enfrentada a velas de dos bandas EN-D y CCC´s de altas prestaciones. Puede ocurrir, del mismo modo que alguien puede llegar a gol con una modesta EN-B baja pasando por encima de flamantes velas de competición que están siendo guardadas en la mochila sin completar el circuito. Pero no hay que llevarse a engaños: la M7 está cerca de dos bandas como por ejemplo su hermana Zeno. Aunque estar cerca no quiere decir ni al mismo nivel ni, mucho menos, por encima. Gana en comodidad, gana en aprovechamiento por su superior docilidad. Si bien pierde en prestaciones puras no a mandos sueltos, pero sí cuando se usa intensivamente el acelerador, caso de cualquier competición. Eso implica que puede ser una excelente alternativa para ligas menores, donde la diferencia puede estar en el piloto (y si es un piloto cómodo, tal vez acelere más). Y, por supuesto, es la opción por excelencia para hacer distancia. Es una máquina de cross casi perfecta, se vuele viento en cola o se cierren triángulos largas fases viento en cara. Su antecesora ya destacaba en este sentido, y esta nueva Mantra tiene todo lo que hace falta para coronarse “reina de la distancia”. Se fabrica en 6 tallas y 4 combinaciones de color (de serie) con, por supuesto, el nuevo dibujo que lucen las velas actuales de la firma. Nota: Tras la publicación de esta prueba se detectaron algunas irregularidades en diversas unidades de M7. Además de garantizar que en las siguientes unidades todo había quedado resuelto, Ozone diseñó un kit para subsanar el inconveniente poniéndolo a disposición de los usuarios. Informar que nosotros no tuvimos ningún problema durante las pruebas realizadas y por ello el suceso no queda reflejado en el test. Aparentemente el perfil sufría alteraciones por torsión de algunas de sus partes, probablemente las varillas en las proximidades del borde de ataque por causas que no han sido reveladas o demostradas. Como se indica en uno de los pies de foto, las nuevas tecnologías implican una mejora en las prestaciones pero también obligan a una meticulosa preparación y revisión antes de salir a volar. Más información en: www.flyozone.com/paragliders/es/products/gliders/mantra-m7 José Isidro Gordito La segunda generación del modelo sport de la firma eslovena lleva ya algún tiempo en el mercado, pero no queríamos perder la oportunidad de probarla ante los comentarios positivos de sus usuarios y de quienes han tenido oportunidad de testarla. La marca de los hermanos Valic centra sus esfuerzos en ofrecer velas muy correctas en todos los aspectos, sin destacar de forma desequilibrada en ninguno de ellos. La Queen2 no es una excepción en ese sentido, aunque intenta poner énfasis en dos características que van implícitas en el ADN de una marca focalizada en ofrecer productos adecuados al vuelo de distancia: la velocidad y el planeo. La categoría EN-C es una de las más disputadas. Todas las marcas luchan por ofrecer un producto equilibrado que ofrezca comodidad para cubrir largas distancias sin estres, pero un rendimiento que rivalice incluso con los parapentes de la categoría superior. Una alta seguridad pasiva pero un comportamiento sorprendente viento en cara y cuando se hace constante uso del acelerador. Triple Seven también ha querido entrar en esa pelea, pero sin estridencias. La Queen2 tiene en cierta medida el tacto de una vela clásica que a muchos recuerda otros productos de generaciones anteriores cuyas construcciones diferían de las que tan de moda están actualmente: combinación de tejidos ligeros con otros de mayor gramaje, estructuras internas simplificadas.... TACTO GENERAL Si algo podemos destacar de la Queen2 es precisamente la comodidad que transmite, su solidez navegando y el tacto agradable de su mando, por otro lado muy directo y con un recorrido relativamente corto. Acelerada aumenta más, si cabe, su solidez. Y llega a alcanzar una velocidad máxima que, estando en línea con algunas de su segmento, iguala -según distintas mediciones- la que alcanza su hermana mayor King que, evidentemente, ofrece ventajas en otros campos por su alargamiento, entre otros parámetros. Ya que hablamos del acelerador, decir que viene limitado con una pequeña bolita gris que transforma el sistema de 3:1 a 2:1 entrando en funcionamiento en la última fase, unos 3 cms. antes de que se toquen las poleas. Un gancho Brummel de pequeño espesor completa el conjunto en el extremo. EN EL SUELO Un alargamiento de 6,3 puntos impone ya un buen control por parte del piloto. En condiciones de viento suave la vela, que no es demasiado perezosa pero tampoco asombrosamente diligente, tal vez debido a su construcción con tejido relativamente clásico, se eleva en bloque y facilita el manejo. Sin embargo, con viento intenso las reacciones no son tan dosificables y es necesaria una correcta temporización. La toma de carga puede llegar de golpe y, aunque eso es bueno para salir a volar, puede sorprender a pilotos con poca experiencia en la categoría. Una vez detenido sobre la cabeza, invita a salir a volar sustentando autoritariamente. GIRO Y ASCENSO Leer o escuchar que un parapente gira muy bien o sube veloz anima a probarlo pero también puede nublar la visión y comprometer la objetividad. Hay que filtrar los comentarios de probadores ligados comercialmente a firmas, o de usuarios que, a veces sin estar del todo satisfechos, siempre hablan bien de todo aquello en que han invertido una buena cantidad de dinero, tal vez para reforzar su imagen ante los demás. Liberarse de prejuicios para hacer un test es obligatorio y debo reconocer que en mi caso también he debido hacerlo. Aunque siempre he sido consciente del buen hacer de los hermanos Valic, hace tiempo probé una vela que no me dejó el mejor sabor de boca. No porque fuese incorrecta, sino porque mis expectativas tras leer algunas opiniones eran quizás demasiado elevadas y el parapente no las igualó ni mucho menos las superó. "Sentir" con los ojos cerrados pero abriendo la mente, y poniendo todos los conocimientos a disposición de la prueba, es fundamental. Esta ha sido mi premisa al usar la Queen2 con dos arneses distintos y variadas cargas alares. ¿Mis impresiones? El tacto del mando es bueno, muy directo, y eso puede hacer creer que el giro mejor de lo que es en realidad, cuando desde mi punto de vista adolece de cierta coordinación con algunos movimientos en el eje de guiñada, que cadencian y restan regularidad al viraje. Ello no impide que se pueda girar muy cerrado y aprovechar térmicas estrechas. También he podido notar que la gran presión de las puntas cuando se navega no es tan alta cuando se gira, y de vez en cuando entra alguna (independientemente de la carga alar, a la que es relativamente sensible) probablemente debido a ligerísimas pérdidas de presión por culpa de esos leves movimientos en el eje vertical referidos anteriormente. Algunos pilotos que han probado o usado el modelo me han referido el mismo comportamiento, que yo advertí en la unidad testada (talla MS). A pesar de todo la vela es correcta y va devorando metros hacia arriba, aunque sin sobresalir en velocidad en ese sentido. Eso sí, cuando alcanza el techo de las térmicas empieza la navegación, y esa ahí donde la Q2 da el golpe. VOLANDO La nueva EN-C de Triple Seven tiene buen planeo y se mueve de forma muy lineal y estable. Un mayor número de cajones que su antecesora (73 frente a 62, lo que mejora la definición del perfil), una nueva estrutura interna y un peso ligeramente rebajado aportan un interesante rendimiento con un tacto de vela de categoría superior. El parapente, estable en cabeceo, invita a usar el acelerador, que va endureciéndose progresivamente a medida que se pisa. La ganancia de velocidad lleva hasta los 54 o 55 km/h, aproximadamente, un rango muy aprovechable especialmente teniendo en cuenta que la vela es muy resistente a la turbulencia en toda la horquilla. El primer tercio permite realizar transiciones conservando una buena tasa de caída, comodidad y seguridad. El planeo no se degrada demasiado, tampoco, en los tramos siguientes. Observando, eso sí, que ir con el pedal hundido constantemente no es la vocación de esta categoría. En las transiciones es donde entra en juego la optimización del pilotaje, algo a lo que contribuye utilizar las bandas traseras y para lo que la Queen2 va equipada con un reenvío que une B´s y C´s. Permite un control cómodo actuando con los pulgares hacia atrás sobre el puente descrito por el sistema, pero sin llevar los brazos ni demasiado extendidos ni en una posición de bloqueo que produzca fatiga muscular. En vuelos con viento en cara se mostró muy competitiva, siempre sólida aunque me hizo constatar que se comporta mejor cargada entre 2 kg menos del tope y el rango máximo, Sobre el arnés con el que mejor combina, opino que no es bueno emplear sillas para competición ideadas sobre todo para alas de dos bandas. Su gran estabilidad resta un poco de feeling y pienso que esta vela necesita no ver recortada su sensibilidad para la detección de núcleos térmicos. Un arnés carenado de tipo medio, pensado para cross, puede resultar ideal. CONSTRUCCIÓN Y ACABADOS La Queen2 destaca por unos acabados muy limpios en muchos aspectos. Las pequeñas bocas de cajón llevan en sus flancos unos adhesivos cortados de modo muy original para rematar el cruce de varillas del Shark Nose. Las bandas, de Kevlar de 13 mm., son más anchas en su base y van identificadas con colores diferenciados (izqda./dcha.). Los cordinos que no llevan funda están protegidos parcialmente en su anclaje en los maillones (el del freno también, para evitar el corte por contacto con el elemento metálico al que va anclado). Algunas líneas presentan un bucle para restablecer el calado a lo largo del tiempo en caso de acortamiento que se producirá pasadas muuuchas horas y primordialmente en los cordinos de Dyneema debido al empleo de muchos cordinos en aramida MagixPro. El borde de fuga, fino y con mini-costillas, presenta cintas y anillas de fruncido. La distribución de la carga y el mantenimiento del perfil se apoya en finas varillas de náilon en forma de S, que van cosidas en las paredes de algunos cajones. Los mandos son los habituales de 777: de tamaño medio y blandos, pero con una varilla central (amovible) para conferir algo de rigidez. Equipados con quitavueltas y fijados con broches de presión (automáticos). El reenvío del freno es ancho y de longitud media. En su extremo lleva un anillo cerámico, en lugar de polea. Las poleas del acelerador son Harken P18. Fabricado en duradero Dominico 20D MF, con Dominico 30D MF en el borde de ataque. Costillas, diagonales y mini-costillas van montadas en Porcher Skytex 40 Hard. El suspentaje combina Liros PPSL y Edelrid A-8000-U. PILOTOS A LOS QUE VA DESTINADA Es un modelo dirigido a pilotos con tablas, pues exige un pilotaje más depurado que el que proponen otras velas sport pensadas para servir de puente a quienes provienen de categorías inferiores. El tacto y recorrido de los frenos y sus movimientos dinámicos la hacen relativamente "picante", aunque sin duda no es la más exigente de la clase. Perfecta para pilotos veteranos o voladores con experiencia que buscan rendimiento sin asumir los compromisos de categorías superiores. También para fanáticos de la distancia que no dudan salir a volar en condiciones turbulentas y quieren contar con una reserva de seguridad. Se fabrica en 4 tallas (antes 3) que mantienen aproximadamente la superficie de las anteriores (excepto en la nueva, diseñada para cubrir un mayor espectro de pilotos) y 3 combinaciones de color. Más información en: 777gliders.com/gliders/queen2/ En España: www.parashop.es/ José Isidro Gordito |
AutorBlog del alpinista, piloto de parapente, fotógrafo y cámara José Isidro Gordito ideado para compartir pruebas de material, consejos y astucias que conviertan la estancia en la Naturaleza en momentos seguros y placenteros. Archivos
Mayo 2023
Categorías |