La Zeolite es una vela muy especial ideada para las competiciones de H&F de alto nivel y las aventuras de vuelo vivac más extremas. Es tremendamente ligera y solo su talla ML pasa de los 3 kilos de peso. Una apuesta tecnológica con una compleja estructura interna sobre un perfil basado en el de la reputada Zeno, aunque con múltiples modificaciones. Con un alargamiento de 6,7 se muestra tremendamente fácil en el suelo y puede despegar y aterrizar en lugares reducidos gracias a su masa y su controlable vuelo parachutado. Hemos tenido oportunidad de exprimirla en unos vuelos de larga distancia que nos han mostrado su comportamiento y cualidades antes de afrontar turbulentas sesiones de montaña y brisas de valle, su terreno predilecto. Se trata de una vela de 2 bandas con un comodísimo pilotaje "a las traseras", que se fabrica en 2 colores y 3 tallas (cubren entre los 65 y 105 kg). Próximamente un análisis completo y consideraciones y opiniones de usuarios tanto de esta versión como de la GT, una serie más robusta, longeva y asequible nacida de la Zeolite original. ¡Seguiremos informando! Más datos en: Zeolite Si buscas información sobre el mundo del vuelo libre puedes consultar el blog de: www.vecparapente.com José I. Gordito
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Aunque este parapente lleva un tiempo en el mercado, no podía perder la oportunidad de compartir contigo algunas de mis sensaciones al probarlo. Como sabes soy un enamorado de los equipos ligeros, de las herramientas para hike&fly y las aeronaves creadas para cross country. La curiosidad me empuja a informarme de los avances propuestos para el sector por los mejores fabricantes. Y si mis impresiones te resultan de utilidad, el premio es doble. Como apuntaba en el test de su hermana pequeña, la deportiva Explorer, es habitual que los fabricantes produzcan un ala en construcción tradicional y declinen una versión ligera. Pero como ocurría con aquella esta Camino es, igualmente, “otra cosa”. Es cierto que, siendo estrictos, el Explorer no tiene versión de parapente “normal”. Pero en el desarrollo del Camino la casa ha trabajado duro por ofrecer algo que también sea muy distinto. Aunque basado en su Bonanza 2, ha evolucionado para convertirse en un artículo aparte pues no solo difiere de aquél en su confección con tejidos ligeros. La construcción interna y el diámetro de sus líneas han sido optimizados a pesar de que, como en su hermana Bonanza 2, la mayoría de bloques de tres cajones están conectados con cintas de carga cruzadas que ayudan a conservar el arco incluso cuando se acelera al máximo. Como en cualquier vela de bajo gramaje, el cabeceo es reducido. Menos inercias hacen que la adaptación a la masa de aire sea suave y progresiva, sin movimientos de amplitud. Sin embargo el Camino, con sus 71 cajones, no es un parapente extremadamente liviano. Con el desembarco de las velas ultraligeras para competiciones tipo X-Alps las “ligeras” ya no lo parecen tanto. He probado la talla M, que pesa 4,350. Esta masa puede reducirse 200 gramos si se escogen las bandas opcionales ligeras de dyneema, elementos que además disminuyen el bulto del equipo. Pero, para ser sinceros, el resultado no es tan "light". Con ese valor numérico está claro que el Camino será el objetivo no solo de pilotos que quieran viajar ligero o caminar y volar fuera de circuitos de competición H&F “extremos”. Seguro encontrará muchos adeptos en los fanáticos de la distancia, tanto en montaña como en llano, que busquen un parapente aún más estable en cabeceo y compacto en la mochila que el Bonanza 2. Homologado EN-C, está en lo más alto de la categoría quedando enmarcado en el segmento sport avanzado pero sin ofrecer un comportamiento muy exigente. Me atrevería a decir que los cambios han dulcificado las reacciones de la vela “clásica” (aunque semiligera) de la que deriva. OBJETIVO Gin Seok Song, alma máter de GIN y diseñador de la vela expone que su meta al crear el Camino era “combinar la agilidad del Explorer (EN-B) con el rendimiento del Leopard (EN-D) en un paquete ligero”. Aunque de su texto pueden extraerse múltiples lecturas, la esencia parece indicar que no querían lograr una vela que rivalizase en prestaciones con su serial, sino ofrecer un elemento ágil similar en eficiencia cuando se hace uso del acelerador. Teniendo muy presente el comportamiento de la talla XS del Explorer puedo decir que el Camino talla M no llega a la agilidad “ratonera” de la EN-B. Pero a su tacto directo y suave suma una indiscutible superioridad en rendimiento. Con mayor alargamiento (6,44 frente a 6,1) no se muestra mas exigente, más bien al contrario, sobre todo en despegues y aterrizajes. Debo reconocer que mi toma de contacto con el Camino fue un tanto desconcertante. Los primeros minutos bajo la vela me ofrecieron una amortiguación extrema que ocultaba matices. La adaptación a la masa de aire con movimientos elásticos en bloque restaban sensibilidad y hasta que no varié la carga alar en sucesivos despegues no logré fundirme con ella convirtiéndonos "en uno”. Excepto la talla L, que ofrece una horquilla de 25 kilos, las demás tienen un rango de 20 pero aconsejo -también después de hablar con varios usuarios- llevarla muy cerca del límite superior. Cargada aumenta su precisión, el mando es más directo y desde mi punto de vista la capacidad en ascenso no se ve penalizada porque el giro es más eficaz, manteniéndose bastante plano. Las puntas, que cuando va un poco descargada o en el centro de la horquilla son algo flexibles, mantienen mejor la presión. El Camino planea con mucha suavidad. Flota mucho. Se nota compacto, aunque no demasiado rígido. Por otra parte, como dice Cristian Bibián, uno de sus propietarios: “es una vela bastante activa a la par que dócil y, en mi humilde opinión, bastante segura”. Cristian no pretende decirnos que el Camino le dé mucho trabajo, pues se adapta bien a la masa de aire y sus movimientos son de escasa amplitud. Sin embargo apunta la viveza derivada de su construcción, que se intensifica con el uso de arneses ligeros para hike&fly pero se reduce en cierta medida si se emplean sillas carenadas de competición. Por otro lado sus movimientos delatan la presencia de ascendencias, que aprovecha muy bien gracias a una buena habilidad “escaladora”. He podido probarla con dos arneses distintos y diferentes cargas alares y, aunque la estabilidad mejora con una silla carenada de competición, con una ligera para montaña, para la que obviamente parece estar diseñada, mantiene un buen compromiso entre sensibilidad y estabilidad. Eso sí, mejor llevarla siempre -como se indica en diversos apartados de este texto- bien cargadita. Un cuidado estudio de la talla en función de nuestro peso total en vuelo se hace imprescindible si se quieren obtener las máximas prestaciones y comodidad. Un arnés semiligero para cross, de los de nueva generación, ofrece igualmente un magnífico equilibrio para este tipo de parapente. De hecho, me atrevería a decir que es el tipo de silla más indicado. AL DESPEGUE El manejo en el suelo es uno de los detalles más sorprendentes del Camino. Me pareció un parapente dócil para su alargamiento. Con poco viento sube diligente y de forma suave. Se mantiene arriba con poca atención. Mario Moreno, uno de sus usuarios que además lo empleará en la edición 2020 de la Dolomiti Superfly, avala esta opinión "el despegue sin viento es excelente". Cuando el viento es más intenso la actitud del piloto debe cambiar pero en ningún caso me ha parecido una vela violenta, sino muy dosificable y sencilla de controlar. Los cambios aplicados han permitido fabricar un parapente menos técnico que el Bonanza 2 en ese sentido. Superada la fase de estabilización el despegue -del mismo modo que lo es el aterrizaje- se muestra fácil. El cabeceo está muy amortiguado y prácticamente no hace falta usar los mandos, que ofrecen un tacto blando pero firme y una longitud y recorrido ideales para vuelos de distancia de larga duración. NAVEGANDO El Camino se mueve con mucha suavidad. Como decíamos antes, se nota compacto aunque no demasiado rígido. Ofrece una gran sensación de “flotabilidad”. El giro es gradual y, también, agradable. En turbulencia los movimientos llegan muy amortiguados al piloto. En ocasiones la vela oscila en bloque adaptándose a la masa de aire y puede plegar alguna punta, situación que se corrige al aumentar la carga alar. La navegación también mejora cuando más cargada vaya. De media carga (por debajo del centro tampoco aconsejo llevarla excepto en condiciones prácticamente “muertas” de invierno, por ejemplo, pues con más masa luce todo su potencial) hasta un margen de unos 5 o 7 kg del tope es difícil mantener la trayectoria. En ningún momento progresa erráticamente, pero obliga al piloto a realizar más correcciones que cuando se lleva 1 o 2 kg por debajo del máximo. Con esa carga el trabajo se reduce, aumentando la comodidad y la confianza. El pilotaje a las bandas traseras es algo que se ha transferido de las velas avanzadas a todas las categorías hasta aproximadamente la clase B+. Aunque el Camino no incorpora un sistema específico como bolitas, asas, cilindros u otro medio similar, puede volarse de manera activa mientras se acelera. El fabricante ha previsto un sistema (denominado de bandas inteligentes) conectado con la banda posterior que actúa sobre los rangos C y B simultáneamente sin deformar el perfil. Unos cordinos y anillas cerámicas crean un sistema de poleas que alinea el trabajo y desmultiplica la fuerza a aplicar, que debe hacerse bajando el sistema (con los pulgares hacia arriba y hacia atrás) y no traccionando hacia atrás. Comparado con el uso de los frenos el ingenio es bastante físico, pero eficaz. Si bien puede resultar un poco molesto para el meñique. Personalmente, aunque estoy acostumbrado a trabajar activamente con las bandas posteriores, no me ha resultado tan cómodo e intuitivo como otros “tiradores”. La reducción de peso y volumen conlleva un minimalismo que es necesario aceptar. Ah, si pretendes evitar el empotramiento de tu meñique olvida la tentación de colocar tu pulgar sobre los receptáculos de los imanes de la banda y traccionar de la parte superior de la misma: no conseguirás ningún efecto. Como decía, el sistema está pensado para bajar la mano hasta la “V” definida por las bandas y el cordino blanco de dyneema en su unión, y bajar el conjunto para controlar ángulo de ataque. El parapente responde correctamente viento en cara. Es cierto que no se puede esperar el funcionamiento de una EN-D o CCC en esa situación, pero la velocidad es muy digna y la tasa de caída bastante buena. Se nota que el rendimiento ha sido una de las prioridades de GIN en el desarrollo de esta vela. El acelerador, equipado con poleas Harken (protegidas con fundas elásticas), es blando y fácil de accionar tanto con arneses ligeros como de competición. Empujado “a tope” ofrece una ganancia de unos 14-15 km/h sobre los aproximadamente 40 kilómetros que entrega el parapente “a mandos sueltos”. La entrada en térmica, incluso potente, no provoca demasiado retraso. Es bastante neutra, sin un mordiente agresivo también quizás debido al bajo gramaje del tejido. Sube bien, con un mando agradable. Mario Moreno destaca esta característica del Camino como una de las más sobresalientes. No obstante considero que es más eficiente en térmicas suaves que en núcleos estrechos y violentos. Su giro es plano y eficiente, pero requiere un buen radio. Las orejas son estables sin el importante flameo de su hermana menor. La mejora en ese sentido es importante. El punto de pérdida está muy lejos y es perfectamente identificable. Aunque es una vela que permite aterrizar en espacios pequeños, su flotabilidad y capacidad para planear sugieren que el piloto se familiarice con sus prestaciones. La restitución de energía en el aterrizaje es muy buena y las tomas acostumbran a ser suaves y controladas, incluso sin viento. DETALLES Como es habitual en el fabricante coreano, el Camino está muy bien construido. Por supuesto exige mayor atención al suelo en que se emplace para despegar que parapentes confeccionados sobre tejidos de mayor gramaje, como por ejemplo el Bonanza 2. Pero bien mantenida su tela ofrece bastante longevidad. Cuenta con tejido Porcher Skytex 27 en el intradós y una combinación de 32 y 27 en el extradós. Las líneas son de aramida, con diámetros optimizados y fundas exclusivamente en su inserción en los maillones de las bandas. El uso de aramida es un buen detalle por su estabilidad dimensional, pero no está exento de mantenimiento: sugiero revisar frecuentemente para advertir cualquier símbolo de deterioro, especialmente si se despega en lugares pedregosos, abundantes en montaña. Los elevadores (se trata de una pura 3 bandas, con 3 líneas a través de la envergadura) llevan maillones metálicos y son convencionales, por lo que la absorción de la torsión es muy buena y así los movimientos de la vela llegan en cierta medida amortiguados al arnés. Las A´s centrales llevan una funda en tejido de color rojo que permite su rápida localización, además de identificar el modelo con su nombre. Banda derecha e izquierda también van identificadas con códigos de color (rojo-azul) y son más anchas en la zona de anclaje al mosquetón. Existe, como opción, la posibilidad de colocar bandas ligeras de dyneema con las que el peso se reduce 200 gramos. Incorpora morro de tiburón clásico con dos varillas cruzadas de Nitinol y tensión optimizada en el borde de ataque que complementa la Tecnología de Presión Equilibrada (EPT), aplicada por el fabricante en el cálculo de sus perfiles donde intenta combinar estabilidad y rendimiento. Minicostillas en el borde de fuga, que incorpora cintas de fruncido-plisado en la línea de freno todo ello para un mejor pilotaje y rendimiento. Los mandos son los habituales GIN relativamente blandos y de buen tamaño. No llevan quitavueltas. Se unen a las bandas con unos imanes que algunos usuarios consideran incómodos y engorrosos en el suelo por su escasa capacidad para inmovilizar con firmeza. El reenvío del freno a las bandas es un poco corto, pero el tamaño parece suficiente para explorar diferentes tipos de pilotaje. No lleva polea sino anillo cerámico. Se recomienda controlar la fricción y el posible desgaste de la línea principal del freno con este tipo de elemento. En esta imagen se aprecia el mando o "asa" de freno típica de GIN; la ausencia de quitavueltas, el reenvío a las bandas con un cordino de dyneema y un anillo cerámico; el sistema de bandas inteligentes; las fundas de las líneas en su área de inserción en los maillones y la A central identificada con un textil de color rojo sobre el que aparece el nombre del modelo. FOTO: J.I.G. PILOTOS A QUIENES VA DESTINADA La Camino es una aeronave muy competente para XC, sea en montaña o en llano. Válida para quienes quieran transportar su equipo de modo compacto y para los apasionados de subir caminando a los despegues. No se trata de una vela ultraligera para competición, aunque sin duda puede satisfacer a muchos aficionados al H&F y el vuelo vivac donde no sea determinante llevar lo más liviano. Como dice el fabricante, el Camino “es apropiado no solo para pilotos que quieran volar lejos, sino a quienes también guste la aventura, ya sea el paramontañismo, el vuelo vivac o, simplemente, viajar rápido y ligero”. En función de la carga alar puede requerir algo de tiempo de adaptación y cierta experiencia si se quiere extraer todo su potencial. Pero su rendimiento es evidente: aparte de un poco de manejo en tierra y varios despegues y aterrizajes para familiarizarme con el Camino, las impresiones de este texto derivan principalmente de un par de vuelos de cross (216 y 155 km, respectivamente), que avalan tanto su competencia como la solvencia de unas opiniones que no han sido emitidas a la ligera. Rafa Salinas, otro de sus propietarios, dice que además de rendimiento este parapente ofrece una buena combinación entre “transmisión y amortiguación”. Un ala adecuada para pilotos con talento que vengan de una EN-B alta y estén buscando un parapente EN-C de manejo relativamente asequible pero situado en lo más alto de la clase en términos de rendimiento. O para pilotos con experiencia que desciendan de categoría y busquen una aeronave amortiguada y de altas prestaciones. Se fabrica en 5 tallas y 2 combinaciones de color (de serie). Más información en: https://www.gingliders.com/es/paragliders/camino/ Gracias a la inestimable colaboración de los pilotos propietarios del modelo que aquí aparecen, así como al distribuidor www.kasana.es pues sin la cesión del Camino en talla M este texto no hubiese sido posible. José I. Gordito |
AutorBlog del alpinista, piloto de parapente, fotógrafo y cámara José Isidro Gordito ideado para compartir pruebas de material, consejos y astucias que conviertan la estancia en la Naturaleza en momentos seguros y placenteros. Archivos
Mayo 2023
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