La marca francesa eligió este agresivo nombre para su última EN-C, reemplazo actualizado de la Taska. Un ala en construcción semiligera puesta en el mercado en 2020 con la pretensión de cubrir las exigencias de los pilotos de cross y competición en la categoría sport, pero también las de los apasionados por el vuelo-vivac y el hike&fly. Y, aunque no es nueva, sus detalles distintivos y la pertenencia a la colección de una de las empresas más antiguas del sector bien merecen una review. La mítica firma creada por el visionario Pierre Bouilloux, focalizada en arneses para el mundo del parapente, cambió de rumbo hace algunos años. Primero aumentó su oferta para después diversificarla incorporando gamas de producto donde no era especialista, como las alas. Para evitar partir de cero adquirió Gradient, compañía que lamentablemente cesó su fabricación al tiempo que SupAir imprimió fuerza a la división de velas cuya colección ha ido creciendo año tras año. Aunque sus arneses son muy populares, las alas no lo son tanto a pesar de haber establecido hitos como el segundo puesto en la edición 2017 de la X-Alps o ser las herramientas empleadas por Raúl Rodríguez. Precisamente aquella vela empleada por Benoît Outters en la prueba de Red Bull llamó poderosamente mi atención, aunque nunca tuve oportunidad de probarla. La Wild, que aún está en el catálogo del fabricante, puede considerarse la madre de la que te presento hoy. Partiendo del desarrollo de la EN-D, con la que comparte el número de cajones (67), perfil y estructura, la Savage es esa hermana menor que puede salir de fiesta con los mayores. Y puede hacerlo porque, como apuntan algunos de los usuarios de ambas, tanto el manejo como las prestaciones de las dos hijas de SupAir son muy similares. A PRIMERA VISTA Excitado por comprobar el potencial de una gran marca como SupAir en un campo que no es a priori el suyo, me encontré frente a una Savage talla XS en color Fire, empaquetada en la Compact Case (que el fabricante entrega de serie). Construcción semiligera (combinación de tejidos Porcher Skytex 27 -intradós y borde de fuga extradós- y 37 -borde de ataque-) con un Shark Nose clásico de varillas plásticas cruzadas que no se extienden demasiado en el perfil para facilitar el plegado y el transporte. El conjunto resultante es, sin duda, compacto. Bocas de cajón relativamente pequeñas. Suspentaje reducido que mezcla Dyneema y aramida. 3 líneas. Bandas estrechas de náilon (7 mm) en combinación con algún cordón de Dyneema, equipadas con un sistema de poleas (Ronstan) y cilindros para pilotar con las traseras (“C”). Poleas de acelerador Ronstan conectadas a la parte posterior de las “A” en lugar de la clásica situación por la cara exterior (la que mira hacia adelante) para mejorar la tracción atendiendo a la situación del cordino que viene del arnés. Conectores flexibles cubiertos por fundas retráctiles de protección. Reenvío del freno fácilmente reemplazable, con anillo de baja fricción. Mandos ligeros y flexibles… Las líneas no tienen funda salvo una pequeña porción en la zona de anclaje, que protege de la abrasión y permite la identificación. Aunque se trata de un ala 3L, las C van ramificadas en la parte central para repartir la carga sobre 6 anclajes D en cada semiala. Los anclajes del borde de fuga parten de cintas que describen una “Y”. Smart Mini Ribs (varillas que se curvan para conectar 3 cajones en la zona del borde de fuga) con el objeto de conseguir un mejor acabado del extradós. Toda una multitud de detalles encaminada a obtener un producto de alto nivel tanto en calidad como en rendimiento. ELEVACIÓN Y ESTABILIZACIÓN Preparar el ala para el despegue es fácil, pero la conexión al arnés puede resultar delicada. Es cierto que la anchura de las bandas representa un buen compromiso entre ligereza y sencillez de manipulación, pero el piloto poco acostumbrado o distraído por algún motivo puede errar en el sentido de conexión dado que las poleas no están en el lugar habitual (exterior, hacia adelante). Es imprescindible realizar una verificación antes de salir a volar. En otro orden de cosas el alargamiento de 6.5 puntos puede hacer pensar que la Savage es delicada en el despegue, que puede subir asimétricamente o que tarde en armarse. Pero nada más apartado de la realidad. Aunque es una vela avanzada, y requiere una buena temporización especialmente con viento fuerte, la elevación es relativamente progresiva, se hace en bloque y no sorprende ni “catapulta” al piloto. La tendencia a adelantar es mínima y hace divertido jugar con ella en el suelo. Un ala dosificable que invita a salir a volar, aunque es cierto que no ofrece una toma de carga violenta sino una sustentación sutil y relativamente rápida. EN VUELO La primera impresión que me transmitió la Savage despegando, y también justo después de hacerlo, fue de “suavidad”. Tanta que me pareció no percibirla. Esa situación duró poco, hasta que empezaron los primeros movimientos de las juguetonas masas de aire que envolvían la zona de montaña donde realizaba las pruebas. En ese momento comencé a recibir información, en algunos instantes más de la necesaria debido a unos movimientos en el eje longitudinal que, desde mi punto de vista, deberían estar más amortiguados. Sin embargo, esos pequeños alabeos parásitos, que pueden aportar datos confusos, contrastan con la gran estabilidad en el eje transversal o de cabeceo. El ala transmite solidez pero escasa rigidez incluso cargada a tope, con buena presión interna para tratarse de un producto ligero. Se desliza sutil y linealmente salvo por los citados movimientos de alabeo, más presentes en atmósfera turbulenta pero menos apreciables en atmósfera calmada. El sistema de control con las bandas traseras es intuitivo y eficaz, pero extremadamente físico. Para que funcione correctamente, y como es norma en estos sistemas de poleas usados por diversos fabricantes, la tracción debe hacerse hacia abajo (no hacia atrás). Hasta ahí nada nuevo, pero actuando sobre los cilindros de reducido diámetro que incorpora, el accionamiento es duro y no muy cómodo incluso valiéndose de otros dedos que apoyen la labor del índice y el corazón. Me consta que hay pilotos que han sustituido el sistema por otro, empleando cilindros de mayor diámetro o invalidándolo para añadir un tirador tipo “asa”. Otro de los elementos mejorables es el mando. SupAir lo ha diseñado con mucho esmero para que sea ergonómico -si se mete la mano hasta la muñeca- y resulte ligero y flexible. Pero precisamente es tan poca cosa que, si se extrae la mano, es difícil volver a introducirla (con guantes gruesos el problema se agrava) y la ergonomía es molesta cuando se empuña en posición de pilotaje activo con una vuelta de cordino sobre la mano. La forma asimétrica no aporta mucha comodidad si la extremidad no es introducida por el lado correcto. Sin embargo, en ese listado de buenas intenciones de los diseñadores también se incluyen implementaciones interesantes como el antigiro y el trocito de tubo plástico que evita posibles daños de aquel sobre la línea del freno. O el marcaje del centro del intradós para facilitar el plegado por cajones. También destacar las fundas retráctiles de los conectores de las bandas que, a pesar de todo, no realizan correctamente su trabajo porque se deslizan y dejan de realizar su tarea con facilidad. Probablemente SupAir ya esté trabajando en ello para subsanar este y otros problemas que pueden transformar una vela correcta en un producto absolutamente redondo. En la unidad probada el cercano punto de contacto del freno obligaba a llevar los brazos muy elevados. Cualquier acción sobre las bandas traseras provocaba cierta interferencia por actuación somera sobre el borde de fuga. No era importante, pero penalizaba la comodidad en navegación, reducía ligeramente la velocidad y sugería que el piloto no dejase de prestar atención o alargarse la longitud de la línea unos centímetros. Un asunto que, como se ve, puede subsanarse con una modificación sin importancia. La Savage ofrece un buen planeo. No el más sobresaliente de la categoría, pero bastante competente además de una velocidad y ganancia entre peldaños más que correcta. El recorrido total del acelerador es corto, pero bastante aprovechable. Duro en el accionamiento del primer peldaño, y mucho más blando en el siguiente (con dos bien regulados es suficiente para explorar todo el rango y conseguir una ganancia interesante). A medio pedal el planeo es bueno y, a tope, sigue siendo digno. Una característica que suma atractivo a esta vela. GIRO Y ASCENSO La vela gira muy plano, lo que permite que consiga una tasa de ascenso interesante y la hace destacar en condiciones flojas. Pero precisa apoyar el trabajo con el cuerpo del piloto si se quiere cerrar el viraje. El recorrido del freno es bastante estándar para la categoría. Pero, como digo, si no se utiliza el cuerpo parece que falta mando para completar el giro. He podido volar la talla XS con un arnés ligero de montaña, complemento con el que se entiende a las mil maravillas por su filosofía. La sensibilidad extra que aporta este tipo de sillas contribuye a un mejor centrado con un ala que tiende a estabilizarse con relativa facilidad. Cargada hasta un par de kilos por debajo de su límite máximo ofrece, desde mi punto de vista, su mejor potencial. Llevarla cargada mejora su agilidad, el tacto del mando y permite usar el freno sin ningún miedo al giro negativo o la pérdida, que es perfectamente identificable. Con esa carga sigue flotando de maravilla y el ascenso no se ve penalizado. El mordiente en térmica es muy suave. Suficiente en térmicas suaves y medias, pero se echa de menos algo de agresividad para penetrar en núcleos potentes. SEGURIDAD, ATERRIZAJE… Del mismo modo que la Savage transmite seguridad, poca exigencia en pilotaje, buena presión interna cuando navega y gran resistencia a las plegadas, no se debe olvidar a la categoría que pertenece. Nada que sorprenda a un piloto que no se haya saltado ningún paso en su formación, pero el dinamismo y energía de la reapertura pueden descolocar a un piloto que haya ascendido prematuramente de la clase EN-B. No obstante, como vengo repitiendo a lo largo de todo el análisis es dulce, equilibrada y cómoda excepto por esos pequeños movimientos de alabeo. Una vela diseñada para montaña debe permitir aterrizar fácilmente en espacios de tamaño reducido y lugares altos. He podido hacer muchos ejercicios con la Savage para poner a prueba su capacidad en top-landing, aterrizajes a media ladera, contra-pendiente… y debo decir que sin ser la mejor de su clase es realmente un ala interesante para los apasionados por el vuelo-vivac, los circuitos en montaña y, por supuesto, el vuelo de distancia. El aterrizaje en el valle es bueno, con una correcta restitución de energía y la sensación de planeo a ras del suelo de una auténtica vela avanzada. Aunque otros usuarios refieren un importante aleteo cuando se hacen grandes orejas, en la unidad probada no lo he apreciado especialmente. Solo puedo hablar de estabilidad con un aumento razonable de la tasa de caída y apertura prácticamente sin intervención. PILOTOS A LOS QUE VA DESTINADA La Savage es un ala versátil que puede adaptarse tanto a pilotos de distancia como practicantes de vuelo-vivac, hike&fly o circuitos de montaña. Dado que SupAir no tiene dos versiones diferentes de su EN-C quienes quieran una sport de la firma solo cuentan con una opción. Una vela digna que no sobresale especialmente pero resulta cumplidora. Dosificable en el suelo, poco exigente en términos de pilotaje y con muchas soluciones interesantes y únicas. Adecuada para pilotos provenientes de una EN-B alta que quieran dar el salto a la categoría superior sin subirse a un ala exigente y en especial para aquellos que suban a pie a los despegues, quieran viajar con un equipaje compacto y de peso contenido, o pilotos con experiencia que pretendan volar con poco estrés tras haber las delicias de clases superiores como EN-D o CCC. Se fabrica en 4 tallas y 3 combinaciones de color (de serie). Más información en: Savage - Supair | Life is in the air Agradecemos la colaboración de Parashop.es que ha puesto a nuestra disposición la Savage XS probada para este análisis. Por otro lado, si estás interesado en probar o adquirir un ala, o ser asesorado sobre lo que más te conviene en el arte del vuelo libre, en VOLAR EN COMPAÑÍA www.vecparapente.com estarán encantados de ayudarte. José Isidro Gordito
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AutorBlog del alpinista, piloto de parapente, fotógrafo y cámara José Isidro Gordito ideado para compartir pruebas de material, consejos y astucias que conviertan la estancia en la Naturaleza en momentos seguros y placenteros. Archivos
Mayo 2023
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