Esperaba deleitaros con un vídeo dinámico que intercalase el bricolaje con escenas de acción, pero para cuando esté montado tal vez algunas cámaras hayan salido volando y eso no me lo podría perdonar.
Para ser franco esta astucia es la segunda parte o, mejor, la aplicación, del sistema antipérdida de linternas frontales que encontraréis en mi página de facebook Macgyver Rules. Ese es uno de los motivos, además de que mi conciencia en forma de amigas y amigos no deja de recordármelo, para no demorar esta entrega. La sugerencia vale tanto para cámaras fijadas en cascos de escalada como de vuelo libre, bicicleta, esquí… y aunque se muestra una sola marca de aparato electrónico, la idea es fácilmente adaptable a casi todo lo que hay disponible en el mercado. Un movimiento brusco, un trozo de hielo o una piedrecita que precipitan mientras se escala, una rama cuando se va en bicicleta, una caída en esquí o un enganchón entre las líneas al despegar en parapente… pueden provocar la liberación accidental de su soporte, y la posible rotura, de la cámara con la que inmortalizamos nuestros momentos. Unirla para evitar que se precipite al vacío es muy recomendable, aunque eso parece no preocupar demasiado a algunos si nos fijamos en la cantidad de gente que escala, vuela, pedalea, esquía o hasta salta con paracaídas llevando su cámara sin ningún tipo de protección. La idea consiste en utilizar un trozo de cordino fino, de un par de milímetros, por ejemplo, y cerrarlo en anillo mediante un nudo de pescador simple o doble, un nudo plano o de cinta... O bien la ejecución de dos nudos normales, o de gaza por seno, en cada uno de los extremos, dibujando dos anillos por los que introducir la cinta del barboquejo del casco (en uno) y donde fijar la cámara (en otro). La cámara de la imagen tiene una pequeña ranura en el eje de la puerta de su carcasa, por donde introducir una cuerdecilla. El espacio es muy pequeño y, por ello, prefiero el uso de una línea de parapente, fina y de gran resistencia. De esa ranura podrá partir el cordino directamente hacia el barboquejo del casco, o bien realizar un anillo cerrado sobre el que unir, con un nudo de alondra, por ejemplo, otras líneas de seguridad de distintas longitudes en función de si pretendéis unir la cámara al casco o a un palo fotográfico, por ejemplo. En una de las fotos veréis que es mi sistema preferido, pues alterno el uso de la cámara en el casco con su situación en otros lugares, como el citado palo fotografico o monópode. Si la cámara no cuenta con esa ranura veréis otra alternativa en las imágenes, que es anudar la base de la rótula-soporte con la que la cámara se une al casco. Se trata de realizar un nudo ajustado en un estrechamiento, para que el cordino quede bloqueado gracias al mayor volumen de los extremos, y el aparato resulte así protegido en caso de caída. El sistema es fácil de poner, quitar y transportar cuando no se utiliza, acompañando la cámara. Cada casco impondrá una longitud de anillo o cordino anudado, pues no todos los del mercado presentan el mismo diseño de adaptación a la cabeza. Si en lugar de unir la cámara al casco mediante los conocidos soportes adhesivos+pinza plástica se hiciera empleando los elásticos similares a los de las linternas frontales (veréis una muestra en la foto del casco naranja), mi elección es unir al barboquejo tanto la cámara como el sistema elástico. Dos anillos independientes con los que evitar que nada caiga. En dicha imagen veréis el paso del cordino que viene de la cámara por el interior del elástico, para reducir molestias y enganchones indeseados por culpa de una cuerda “suelta” en su camino hacia el barboquejo. José Isidro Gordito
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AutorBlog del alpinista, piloto de parapente, fotógrafo y cámara José Isidro Gordito ideado para compartir pruebas de material, consejos y astucias que conviertan la estancia en la Naturaleza en momentos seguros y placenteros. Archivos
Mayo 2023
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