El Salamander de Grivel fue un casco en cierta medida revolucionario. Unas líneas particulares y unos colores y decoraciones poco vistos hasta la fecha convirtieron ese modelo del fabricante italiano en un símbolo icónico especialmente valorado por los amantes de las cascadas y el alpinismo. Grivel detuvo la producción y propuso una nueva generación de cascos, aumentando una familia que se diversificó en dos líneas principales: clasicismo polivalente y ultraligereza. El nombre Salamander se retomó para denominar, acompañado por un “2.0”, la gama más versátil. 385 gramos y una sola talla (54-62 cms de perímetro) para atender las necesidades de aquellos que priman duración sin pensar en el peso. Construcción híbrida que combina el ABS y la espuma de poliestireno, y un aspecto discreto a pesar de la paleta de colores. de su oferta. La línea ligera quedó cubierta con el Stealth. Un casco que no deja indiferente -como ocurría con el Salamander original- por su agresivo diseño poliédrico que recuerda el avión furtivo Lockheed F-117 Nighthawk. Este casco, de talla única (54-62 cms de perímetro) y 190 gramos, construido en espuma de poliestireno recubierta por una fina película protectora de policarbonato, destaca como un elemento de alto nivel. Su reducida masa permite que se enfrente a artículos ultraligeros de otras firmas que, o tienen menor protección de espuma de poliestireno, o/y lo superan claramente en precio sin que la reducción de gramos que proponen sea muy notable. FALTABA ALGO Si pensamos que el Salamander 2.0 es un casco de aire clásico en cierto modo pesado aunque versátil y resistente, y que el Stealth puede ser la elección de los que están pendientes de la báscula incluso sacrificando longevidad, faltaba un elemento que cumpliese con varios requisitos como hacía el Salamander original. La primera versión reunía tecnicidad y robustez en un concentrado de originalidad y compacidad a pesar de su construcción híbrida. Aunque la segunda retoma muchas características, el peso ha aumentado y el “estilo” se ha diluido en un aspecto algo más globalizado. El Stealth es precisamente lo contrario, pero tan en las antípodas que ninguna de las dos versiones puede competir directamente con los abundantes cascos de poliestireno con cubierta protectora de precio medio. STEALTH HS Tomando como base el Stealth, pero eliminando alguna de sus perforaciones de ventilación nace su versión HS (Hard Shell o carcasa o cubierta dura). El poliestireno va asociado a una carcasa en ABS que lo protege no sólo de arañazos y pequeños impactos. Es más un casco híbrido pero con una protección perimetral de espuma nada habitual en los elementos de este tipo. La cubierta exterior alarga la vida, evita que las compresiones en la mochila dañen la estructura pero a pesar de su importante espesor no aumenta el peso como cabría esperar. Además de con otros híbridos, el HS puede enfrentarse perfectamente a otros protectores de cabeza construidos en espuma y policarbonato, pues aunque los supera en aproximadamente 70 gramos de media, lo que ofrece es claramente sobresaliente. Talla única (55-61 cms de perímetro, si bien debo decir que tengo la cabeza aún más pequeña de esa medida y me ajusta perfectamente) regulable de manera rápida y sencilla mediante cintas con hebillas plásticas y tiradores y no complejos sistemas susceptibles de fallar. Grosor y disposición del poliestireno muy estudiados para brindar una protección superior a la frecuente. Y todos los elementos que se esperan de un buen casco para actividades de montaña: 4 anclajes para linterna frontal, gran comodidad, buena ventilación pero no tan excesiva como la que se ve en muchos donde aireaciones gigantes favorecen que pueda penetrar hielo o piedras e impactar con la cabeza. Por su enorme parecido al Stealth (aunque se fabrica sólo en blanco o amarillo frente al titanio o amarillo de la versión ligera) pasa en cierto modo desapercibido y es fácil que muchos potenciales clientes lo descarten por considerar que no hay diferencias. Estas, como puede verse, son muchas y muy claras. Resumiendo: el nuevo Stealth HS es un digno sucesor del Salamander. Tal vez más Salamander que el propio Salamander 2.0, con un campo de acción increíble pues no sólo se adapta de maravilla a múltiples actividades desde alpinismo de dificultad a escalada en roca pasando por esquí de montaña, vía ferrata u otras disciplinas. Está hecho para durar… ¡sin maltratar el bolsillo! José I. Gordito
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Somete a una Zeno a un régimen de adelgazamiento y obtendrás la nueva vela de Ozone destinada al vuelo-vivac y las competiciones de la disciplina. Igual que la LM6 proponía una actualización de la valorada M6, la Z-Alps aporta cualidades de "puesta a punto" a la vela de que deriva, aunque no sea su verdadero objetivo. Ya sabemos que con el material ligero y la rebaja global de peso se reducen las inercias, se acostumbra a mejorar el mando y el despegue... Y aunque los parapentes ganan en viveza es cierto que incrementan su sensibilidad a la hora de detectar focos térmicos, tienden a subir mejor y ganan un poco en velocidad respecto a sus versiones de mayor gramaje. En breve una prueba exhaustiva de este nuevo "fórmula 1" decorado de serie con los colores de guerra de la X-Alps donde fue presentado (edición 2017). ¡Seguiremos informando! Más datos en: Z-Alps José I. Gordito El sueño de volar es el título del último programa emitido por Al Filo de lo Imposible. Dedicado al vuelo libre, mezcla tres disciplinas conectadas por una misma pasión: parapente, ala delta y velero, a los que se suma una pequeña guinda final. Surgido de una loca idea, este "episodio" del reputado programa de Televisión Española ha sido un auténtico sueño para todos los que lo hemos gestado o en él hemos participado. Todo un placer compartir intensos momentos con esos monstruos que son Marga Sanz, Alfredo Martín ´Godo´, Blay Olmos, David Guti, Toñín Perezgrueso, Sergio Casas, Sergio Alfaro... Su profesionalidad e implicación han derivado en un programa fresco lleno de corazón. Sirva como pequeño homenaje íntimo a nuestro gran amigo Luis Alonso. Si no lo pudisteis ver en directo: El sueño de volar José I. Gordito La nueva Blacklight conserva las características de rendimiento que hicieron famosa la primera serie pero propone una mayor comodidad, necesaria para que los pilotos puedan extraer todo su potencial sin concentrar su atención en otros detalles. La segunda generación de la EN B “alta” de U-Turn se presenta con el alargamiento moderado del parapente al que sustituye pero muchas mejoras que hacen de ella una competente aeronave para cross. La primera Blacklight se situó en lo más alto de la categoría EN B por un sorprendente planeo resultado, entre otros detalles, de su reducido suspentaje. Una distribución con muy pocos anclajes, nada habitual en las velas de su clase por aquel entonces, configuraba un ala con poca resistencia parásita pero tacto “picante”. Su sensibilidad la hacía muy eficaz en la detección de focos térmicos, confería un comportamiento muy divertido –lógico en una marca que lleva la acrobacia en su ADN- pero desembocaba en una navegación mejorable en términos de estabilidad, sobre todo en alabeo, en transiciones aceleradas. Tuve ocasión de probar la Blacklight original en dos tallas distintas y con diferentes arneses, constatando su sensibilidad tanto al tacto como en comportamiento dependiendo ante todo de la silla elegida. También pude observar que era una vela precisa a pesar de un recorrido relativamente largo de los frenos. Y, por supuesto, que era buena escaladora y ofrecía una tasa de caída que sacaba la sonrisa del piloto. Partiendo de esa base, aunque con un nuevo desarrollo que se ha extendido dos años, la firma ha creado un parapente de tres bandas que reduce el alargamiento de la versión uno (5,61 puntos frente a 5,8) e incrementa el número de cajones en 9 (ahora 59). Las 8 tallas originales se reducen a 4, con lo que los pesos y superficies no se relacionan directamente. Sin embargo, con ellas se intenta ofrecer medidas a todo tipo de usuarios pero es cierto que los pilotos que usaban la XXS, XXL e incluso parte de los que empleaban la XL, tal vez puedan quedarse sin su Blacklight ideal. El incremento del número de cajones ha elevado ligeramente el peso con respecto a la versión anterior en esas tallas que pueden equipararse. U-Turn apunta, no obstante, que la masa se ha reducido y eso es tal vez porque sólo se tienen en cuenta los materiales y el diseño. En cualquier caso no hay mucha diferencia global y es cierto que, a la vista de las mejoras, resulta encomiable el esfuerzo de la firma ofreciendo un brillante resultado en términos de peso para una construcción más compleja. Al extraer de la funda ya se aprecia la calidad de construcción y confección de U-Turn. Un acabado soberbio cargado de pequeños detalles astutos y prácticos que harán las delicias de los sibaritas. PREPARACIÓN E INFLADO El inflado de la B2 es ligero, sencillo. Se eleva en bloque aunque mejor si se tracciona exclusivamente de las A´s centrales, evitando así que las puntas suban antes que el centro del ala. Las velas modernas, cada vez más ligeras, suben sin problemas incluso con poco viento, por lo que no es preciso tirar con violencia de demasiadas bandas primarias. Unas bocas de cajón pequeñas, rediseñadas con respecto a las que presentaba su antecesora (antes semielípticas, ahora rectangulares) y su Shark Nose se encargan de mantener el parapente sobre el piloto. Es dócil y estable, requiriendo poca intervención. Con viento no resulta delicado, pues a pesar de su rendimiento es un ala de una categoría segura por definición. Los frenos pueden hundirse sin que la vela catapulte y desequilibre al piloto. La “toma de carga” es rápida y desde el primer momento ofrece una buena sustentación nada violenta aunque notablemente vertical. Todo invita a acelerar para salir a volar lo antes posible. SALIR A VOLAR El Blacklight2 es sólido y compacto en el aire. Muy resistente a las plegadas, da confianza de inmediato pero, sin embargo, no se percibe una alta rigidez. Su cohesión y movimiento en bloque es muy superior a los de la vela que sustituye. El mando es directo aunque tal vez un poco largo y, a pesar de que la vela responde con celeridad la sensación que tiene el piloto es quizás de excesiva amortiguación. Falta algo de “comunicación”, pues aunque el ala responde la sensación que se tiene no es de conexión directa y el cerebro debe adaptarse un poco. Requiere un corto período, si bien imprescindible para sacar el mayor partido al parapente y “hacerse uno” con él. Los frenos mantienen suficiente longitud para disminuir mucho la velocidad (importante para sacar todo su potencial en ascenso girando en térmica) reservando una altísima seguridad. Recomiendo dar una vuelta al cordino alrededor de la mano para trabajar en lo que se conoce como “posición de pilotaje activo”. De ese modo la longitud se acorta sin riesgos pero ofreciendo un tacto más directo al actuar. La velocidad ha mejorado con respecto a su predecesora. La Blacklight 2 tiene un recorrido de acelerador corto pero muy aprovechable y, aunque no se aprecia un cambio fulminante como ocurre en categorías superiores (a pesar de que hay una ganancia de unos 14 kms., aproximadamente entre los 39-40 y los 53-54 km/h), el rango es muy adecuado a la clase en que se enmarca el parapente, que mantiene siempre una excelente tasa de caída sea cual sea la velocidad. Con un tercio del pedal, de tacto blando, a velocidades que rondan los 44-45 km/h ofrece probablemente su mejor planeo. Muy estable en cabeceo cuando se usa el acelerador. Flota y se desliza con dulzura empujando a cubrir largas distancias. En atmósfera turbulenta confiere tranquilidad expresando su seguridad con una buena presión interna, incluso en las puntas, y demostrando estar en el centro de la homologación en ese sentido. Como el mando tiene una longitud muy aprovechable, el punto de pérdida se encuentra muy lejos y es perfectamente reconocible. Es muy resistente al giro negativo. El comportamiento ante plegadas, sean inducidas o intempestivas (sólo tuvimos un pequeño amago tras bastantes horas de vuelo y exclusivamente en una de las tallas, tal vez porque la atmósfera estaba más turbulenta ese día) es muy sano. La vela guarda su trayectoria casi sin intervención del piloto lo que demuestra una vez más que se ha suavizado con respecto a su predecesora. Las orejas entran con facilidad, son estables y por lo general no requieren bombeo tras liberarlas. La barrena entra relativamente fácil, pues la vela enrosca deprisa aunque de forma dosificable y no demasiado violenta. La abatida es franca y su recuperación rápida y con cierta energía, pero sin aportar en ningún momento sensación de establecerse en una configuración que dificulte o impida el control. Es una EN-B de buenas prestaciones para pilotos que quieran hacer vuelos de distancia, ser competitivos en la categoría Club o que persigan rendimiento sin progresar más allá de la clase EN-B. La restitución de energía en el aterrizaje es buena. Tomar tierra es muy sencillo después de un suave redondeo. GIRANDO Una vela ágil y relativamente dinámica pero que no se desmadra en ningún momento. La primera parte del recorrido del freno no parece muy eficaz, sin embargo gira muy bien aunque el alabeo no es muy pronunciado y tiende a autoestabilizarse y enderezar el giro (que parece preferir amplio) y puede ser necesario utilizar bastante el cuerpo si se quieren aprovechar núcleos estrechos. Es más precisa que la anterior una vez situada en el viraje, y gira mucho más plano. El recorrido del freno que se necesita para girar térmica y maniobrar es largo. Endurece gradualmente pero no tanto como para impedir usar la parte final que ofrece una velocidad mínima bastante baja. Quizás lo que llama más la atención del ala y la hace más personal cuando se pilota son dos características particulares. Por un lado ese tacto amortiguado a que hacíamos referencia, y al que hay que acostumbrarse un poco. Sobre todo porque invita a llevar la vela más frenada de lo que tal vez se haría por costumbre, con la finalidad de extraer su potencial en ascenso, que es sensacional. Por otro que, cuando se entra en la térmica ofrece un ligero traqueteo. Un movimiento de rotación en el eje vertical hasta que el transversal penetra en la térmica. Algo así como una forma de abrirse camino en varios tiempos, y no mordiendo agresivamente con el área central o todo el borde de ataque. Es sólo cuestión de un segundo, porque se establece rápidamente dentro del núcleo demostrando que es un parapente que hace muchas cosas bien sin alarmar o sorprender en aspectos concretos. Una prueba más de que ha ganado en comodidad y reducido exigencia para ampliar el espectro de pilotos que a él se acerquen. Hemos probado dos tallas distintas con arneses diferentes -entre el centro de su horquilla y con carga superior hasta prácticamente su rango total- sin apreciar diferencias en lo tocante a seguridad, aunque sí a conducción. Una silla estable, pensada para cross o competición pero que ofrezca cierta ayuda en el giro permitirá sacar mayor partido que un arnés ligero pensado para montaña o aquellos para actividad lúdicas como vuelos de ladera o simples descensos. Por la tendencia a enderezar el giro de esta Blacklight es conveniente no pilotar con sillas demasiado “blandas”, como tampoco arneses tremendamente estables que no ayuden en banqueo como los ideados para emparejarse con velas de dos bandas y altas prestaciones. NAVEGANDO La Blacklight es sensible; una husmeadora de térmicas. Muy “flotona” y eficiente en condiciones flojas. Sube increíblemente bien; una de sus características más sobresalientes. En turbulencia no demasiado reactiva, pues todos sus movimientos son predecibles y nada bruscos. Transforma los pequeños cabeceos en ascenso, como lo hacen las velas de competición de altas prestaciones, aunque por supuesto no con tanta eficacia y diligencia como aquellas. Su contenido alargamiento ofrece una gran compacidad pero el rendimiento, como hemos expuesto varias veces a lo largo del texto, es alto, ofreciendo un notable planeo de unos 10´7 puntos y una velocidad superior a la de su antecesora. CONSTRUCCIÓN Y ACABADOS La construcción y acabados mantiene la línea de alta calidad habitual en la firma. Un producto cargado de pequeños detalles, muy apreciados por los amantes de las buenas ideas. Esta Blacklight2 lleva morro de tiburón, que incrementa su presión interna, la mantiene estable sobre la cabeza del piloto, la estabiliza a alta velocidad… El uso del patronaje 3D ha derivado en un borde de ataque y perfil limpios. Unas varillas curvas en el extradós permiten que la vela apenas ofrezca cabeceo o se deforme, de manera que incluso en aire movido atraviesa sin inmutarse, cambiar el rumbo o moverse más de la cuenta, lo que repercute en su eficacia y planeo. El borde de fuga lleva una cinta de refuerzo que mejora el perfil y, según exponen ya varios fabricantes, reduce resistencia parásita. El esquema de suspentaje es mixto, con cordinos con funda abajo y sin funda en la parte superior. Algunos de los cordinos han ganado grosor con respecto a la primera versión. Es una 3 líneas por lado, con 3 bandas y configuración 3,5 líneas totales. Las bandas son estrechas, aunque en la zona de anclaje se han ensanchado para repartir mejor la carga sobre los mosquetones y evitar movimientos de gran amplitud que hagan trabajar fuera de su eje más resistente. Vienen identificadas con un código de color (verde-rojo) para distinguir derecha e izquierda. Un par de velcros cosidos en la propia vela, a la altura del borde de fuga (parte central) permiten transportar las bandas unidas y ganar tiempo del piloto que siempre sabrá que todo está preparado para conectar y despegar a condición de haber guardado todo en orden. La astucia sirve, a la vez, para saber cuál es el centro de la vela (muy útil para el plegado cajón por cajón). Las bandas C no llevan ningún puño, asa, cilindro o bola para tirar de ellas; puede pilotarse agarrando la propia banda a la altura de la cinta de la anilla cerámica que hace de polea del freno. Esta cinta, la de reenvío de la polea (aquí anilla cerámica) tiene una longitud media, lo que permite explorar diferentes modalidades de pilotaje traccionando del freno hacia el cuerpo o separándolo y modular así lo plano que se desplaza el ala en el viraje. Los ganchos metálicos del acelerador tienen poco espesor aunque son bastante robustos. El sistema de aceleración se completa con unas bolitas limitadoras rojas que facilitan, definen longitud y acotan en cierta medida el accionamiento, que así se realiza de manera clara en varios tiempos. Las poleas vienen cuidadosamente protegidas con los clásicos capuchones, que en este caso son de neopreno. Los mandos son los ahora habituales de U-Turn: grandes pero regulables con un velcro. Quedan un poco asimétricos una vez recogidos en su posición de mínimo perímetro, pero dan opción a pilotos con manos pequeñas. Llevan emerillon metálico antigiro o quitavueltas y el cordino de freno incorpora una funda cosida en la zona de contacto para evitar cortes. El anclaje a las bandas es mediante broche metálico automático. Fabricada en tejido ligero pero duradero: Dokdo 20. Las bandas son estrechas, aunque en la zona de anclaje se han ensanchado para repartir mejor la carga sobre los mosquetones. Vienen identificadas con un código de color para distinguir derecha e izquierda. Un par de velcros cosidos en la propia vela, a la altura del borde de fuga permiten transportar las bandas unidas y ganar tiempo La astucia sirve, a la vez, para saber cuál es el centro de la vela. FOTO: J.I.G. ¿PARA QUÉ PILOTOS? La Blacklight2 es una vela que no asalta por ser picante en una característica determinada pero que sorprende por ser muy cumplidora y versátil, además de por ofrecer un planeo sensacional. Ideal para pilotos que progresan desde una B más conservadora o para quienes conocen bien la categoría pero tienen ambición por afrontar distancia con una máquina que ofrece una cuidada combinación entre altas prestaciones y seguridad. La EN B alta de la firma alemana se ha remodelado para convertirse en una club clásica en lo que a manejo se refiere, pero manteniendo las buenas características y superando las altas prestaciones que convirtieron a su predecesora en toda una referencia en la categoría. Muy cómoda, demuestra ser una completa máquina para cross. Y gracias a su construcción robusta pero ligera hará dudar a más de uno si escogerla como opción para sus subidas a pie a los despegues o sus hike&fly´s poco comprometidos. Se fabrica en 4 tallas y 4 combinaciones de color (de serie). Más información en: http://u-turn.de/web/english/products/paragliders/blacklight-2 José I. Gordito Ozone presenta la nueva versión de su conocido arnés carenado ligero sin tabla -aunque el fabricante ha previsto un accesorio opcional amovible para incorporar a modo de asiento sobre la espuma de protección- ideado para hike&fly, vuelo vivac... El Ozium 2 conserva muchos de los detalles interesantes de la serie anterior pero se beneficia de las ideas de los prototipos de la serie limitada X-Alps así como de muchos de los sistemas probados con éxito en otros arneses de la marca. La utilización diferencial de tejidos en función de las zonas de máxima o mínima solicitación o el empleo de cintas de dyneema más estrechas ha propuesto una reducción de peso en relación a su predecesora a pesar de contar con una nueva geometría, un nuevo sistema de anclaje (ahora de 3 puntos), de extracción del paracaídas o un renovado portainstrumentos (más ergonómico y aerodinámico). Con la estabilidad de la serie anterior, e incluso algo mejorada, la Ozium 2 se convierte en un arnés versátil cargado de pequeños detalles ingeniosos que sorprenderá por su facilidad de uso y longevidad. Ahora personalizable (se puede escoger entre tres carenados de diferentes grosores, dos espumas de protección distintas, tabla bajo el asiento o tablas reposapiés de diversos materiales y pesos) permitirá contar con una silla diferente en función de la actividad y nivel de compromiso, protección térmica, o carga alar, que precise el usuario. El fabricante indica que con respecto a la versión anterior se ha reducido el peso 140 gramos en la talla M. Hemos pasado por la báscula una Ozium 2 talla M con espuma "Full Mousse" (la de mayor protección), carenado intermedio (570) también en talla M, tabla reposapiés convencional, todo ello equipado con acelerador, mosquetones, asa y contenedor del paracaídas y nos ha sorprendido que no excediese los 2700 gramos! La opción más ligera será apreciada por aquellos que reducen el peso al máximo en sus aventuras pero dan prioridad a la relación estabilidad-ligereza-facilidad de uso-duración. Quienes piensen en competiciones extremas donde cada gramo cuenta soñarán con esperar a las versiones "ultralight" que la firma acostumbra a preparar para eventos determinados. Más adelante profundizaremos en los detalles de las unidades de serie que testaremos (la pasada por la báscula, citada con anterioridad, así como otra en configuración ligera y talla M-S, empleada con y sin tabla), aportando nuestra experiencia y diferencias con la Ozium original (2014-2015) y una de sus versiones X-Alps (fabricada en 2016) de las que este nuevo desarrollo es un digno heredero. Más información en: http://flyozone.com/paragliders/es/products/harnesses/ozium-2/info/ José I. Gordito He sentido miedo muchas veces; un miedo atroz. Miedo de volverme insensible tras la acumulación de experiencias duras y pérdidas que me marcaban, periódica e intermitentemente, de una forma especial. Tras algunos batacazos importantes que me hundieron en un pozo de fango, la marcha de algunos amigos y familiares sin aparente dolor me hizo pensar que cada nuevo episodio sería más débil que el anterior, hasta que no sintiera nada en absoluto. Pero no; el dolor se recarga a fuerza de recuerdos, a fuerza de nuevas experiencias positivas. Esas que quieres prolongar para siempre pero la realidad se encarga de cercenar con su preciso bisturí, demostrando que las cosas bellas son efímeras y sólo sirven para dar dimensión al sufrimiento, como este sirve para conceder su justa medida a los momentos de júbilo. Hace sólo unos días se fue alguien que no, no me dejó como alma en pena deambulando sin sentido con la sensación de un brazo o una pierna amputados. Al irse me percaté de que se me había arrancado un trozo de corazón. Comprendí, de nuevo, que el dolor no sólo se había recargado por esas cosas básicas expuestas con anterioridad, sino porque Luis era tan importante para mí que ninguna coraza me protegería de su ausencia. Llevábamos años sin compartir casi todos los fines de semana; sin encordarnos bajo amenazantes estalactitas heladas; sin hablar a diario por teléfono; sin escuchar sus tarareos sobre un tema country o cantar a dúo en la furgoneta o en un coche de alquiler mientras, de soslayo, le veía poner los ojos como platos cada vez que me situaba en el puesto de pilotaje y pisaba más de la cuenta; sin discutir sobre filosofía, seguridad, técnica y material durante largas horas... Pero comíamos juntos de vez en cuando, abríamos el corazón y nos poníamos al día sobre lo que nos apasionaba o conducía nuestras vidas en el presente. Teníamos nuevos proyectos, nuevos sueños. Un horizonte que se abría y arrancaba una sonrisa. Me veía, nuevamente, transformando su material y escuchando un: Jose, no te puedes estar quieto?; abrazándole por accidente (por accidente?) en la noche mientras compartíamos cama king size (ya había escuchado alguna vez mi particular versión de por qué ocurría aquello); comiendo alimentos especiados y picantes sólo por contemplar su cara de placer; viendo cómo me dejaba solo en el parapente biplaza mientras él saltaba al vacío… Siempre pensé que Luis me sobreviviría. Hábil, reflexivo, analítico, metódico al extremo pero, sobre todo, con una calma que le hacía detenerse y valorar algo que a ese otro maniático de la seguridad que era quien suscribe resultaba fácil que, por impulsivo, se le pasase. Aunque me dolieron algunas cosas que vivimos, siempre le he querido de un modo especial, disfrutando de su humor particular e inteligente, aprendiendo de su forma de afrontar cada reto con elegancia y practicidad, aceptando sus silencios y aplicando la mayoría de sus sugerencias que me han convertido, creo, en alguien mejor. Discreto, humilde, carismático… Luis era muy inteligente, creativo y mañoso, y no resultaba difícil que transformase un pedazo de tela en una prenda, unos trozos de madera en una cabaña o unas cuantas ideas en una página web de referencia. Y con un espíritu generoso y altruista que lo convirtió en pionero indiscutible. Amante de la forma de vida americana es el culpable de que un servidor sea tan malo con el inglés. Sí, por cuidarme; por hacer todo fácil en nuestros frecuentes viajes al oeste canadiense o a las Rocosas estadounidenses. Era punta de lanza, guía y motivador, todo en un uno, y ese compañero de cordada con el que te sientes en tan buenas manos que nunca dudas. Apasionado de la vida, que le abría un nuevo capítulo, quedó prendado del paracaidismo y el salto BASE donde en poco tiempo también despuntó como activista influyente. Varios accidentes mortales de alpinistas cercanos le sugirieron replantearse el compromiso con que se acercaba a las montañas y, con mucha cabeza y pasión, como hacía todo, fue aprendiendo lo necesario para sentir intensamente manteniéndose alejado del peligro. Sé que no exageraba en absoluto cuando catalogaba su nuevo sueño como una actividad segura, al menos mucho más que la escalada en hielo que le había tenido cautivado durante años. Describía con entusiasmo el protocolo del BASE que hace de esta disciplina un arte comprometido, sí, pero donde un imprevisto es difícil. Me dejó muy tranquilo, particularmente porque no le veía interesado por el proximity winsgsuit fly, la corriente más arriesgada. Tal vez por ello la sorpresa de perder a un hermano del modo en que ha ocurrido ha sido mayúscula. No puedo creer, me resisto a creer que Luis ya no esté. Sé que no se ha ido, pero la falta de su presencia real me ha dejado huérfano, desprotegido. Personalmente le debo tanto… Estoy feliz de haber podido aprovecharme de él, robando parte de su conocimiento y templanza, y haber gozado de su amistad. También sé que no se ha ido; no puede hacerlo. Forma parte de mí y me acompañará siempre, ayudándome a tomar la decisión oportuna en el momento preciso, como hacía hasta hace sólo unos días. Hace nada sentía su presencia mientras corría hacia la cumbre de una montaña y también mientras surcaba el cielo hasta rozar la barrera de los doscientos kilómetros. El día que le despedimos pude ver sus ojos en los de Carmen, y esa mirada me invitaba a soñar. Sé que mañana seguiremos volando juntos, como sé que dirigirá mis manos mientras me encuerdo sabiendo que él está al otro lado. Te voy a echar mucho de menos, bro. Bien sabes cuánto. Te quiero mucho, Luis. Nunca dejaré de hacerlo! José I. Gordito Luis Alonso nos dejó el pasado 16 de julio de 2017 a los 55 años de edad, casi un mes después de su último cumpleaños. Era un día feliz compartido con amigos en la Pared de Aragón, en Montrebei. Los astros se alinearon fatalmente para arrebatarnos a este pionero de la escalada libre en hielo y mixto que se convirtió en uno de los primeros españoles en hacer del 6 y el M7 sus grados habituales mientras buscaba bellas rutas por el mundo, de Colorado a Canadá, pasando por los Alpes franceses. Creador de la página de referencia www.infohielo.com su altruismo ha servido de ayuda y motivación a los escaladores de hielo durante casi dos décadas. Imposible agradecer tanta generosidad. Carmen, Irene, su mamá, sus hermanitos y todos los que le queríamos nos necesitan -nos necesitamos- más que nunca. Un beso enorme para todos. Aunque muchos ya la conocen y algunas unidades surcan los cielos de todo el mundo, la Blacklight2 de U-Turn bien merece un trabajo exhaustivo. Una vela que no asalta por ser picante en una caracteristica determinada pero que sorprende por ser muy cumplidora y versátil, además de por ofrecer un planeo sensacional. La EN B alta de la firma alemana se remodela para convertirse en una club clásica en lo que a manejo se refiere, pero manteniendo las buenas caracteristicas y superando las altas prestaciones que convirtieron a su predecesora en toda una referencia en la categoría. Muy cómoda, demuestra ser una completa máquina para cross. Construcción robusta pero ligera que hará dudar a más de uno si escogerla como opción para sus subidas a pie a los despegues o sus hike&fly´s poco comprometidos. Un acabado soberbio, como acostumbra la marca, pone broche a un producto cargado de pequeños detalles astutos y prácticos, que harán las delicias de los sibaritas. Hemos probado dos tallas distintas, con arneses diferentes, para poder ofrecer los datos más completos y objetivos. Dentro de poco la prueba exhaustiva! Se fabrica en 4 tallas y 4 combinaciones de color. Más información en: http://u-turn.de/web/english/products/paragliders/blacklight-2 José I. Gordito La Delta3 desembarca con mejoras que incrementan notablemente el rendimiento de la serie anterior, a pesar de que el ala mantiene el espíritu de una familia convertida ya en legendaria. La renovación de la exitosa EN-C de Ozone llega con el mismo alargamiento real de su predecesora y conservando la esencia crossera de un producto avalado por multitud de clientes satisfechos. Pocos parapentes se convierten en “clásicos” tras sólo dos generaciones. El Delta original presentaba soluciones en cierta medida revolucionarias y la versión 2 marcó toda una referencia en términos de comodidad y rendimiento aprovechable. La satisfacción de sus usuarios, así como la de aquellos atrapados por la versión ligera de la última, denominada “Alpina2”, ha suscitado una gran expectación ante esta nueva vuelta de tuerca del fabricante. El Delta3 aterriza en la categoría Sport con interesantes mejoras de diseño y construcción que elevan su rendimiento. Sin embargo, la marca ha querido conservar las características esenciales que han hecho las delicias de muchos pilotos alrededor del mundo, siempre encantados a bordo de la vela que reemplaza. El cambio de las normas de homologación ha puesto a prueba al equipo de Ozone para conseguir una aeronave que entre en la categoría EN-C sin líneas adicionales de plegado, pero que conserve toda la esencia de la Delta2 en lo tocante a seguridad y comodidad. Tres años de trabajo y numerosos prototipos (52, para ser exactos) con diferentes alargamientos han desembocado en un parapente de tres bandas que mantiene el de la versión 2 (6 puntos) e incrementa su número de cajones en 4 (ahora 66, lo que redunda en una mayor tensión, definición y limpieza del perfil, desembocando en superior precisión y mejores prestaciones) aunque ha reducido levemente su superficie. Al sacarlo de su embalaje se aprecian esos pequeños detalles de calidad que informan de estar frente a un artículo fiable y solvente. Quienes hayan disfrutado de la serie anterior se percatarán rápidamente de los cambios pero también se sentirán cómodos de inmediato al comprobar que sus buenos detalles, y muchos signos distintivos de la firma, se mantienen en esta tercera generación. PREPARAR E INFLAR Por sus antecedentes históricos el Delta3 es uno de esos parapentes emocionantes que impacientan y espolean para preparar y salir a volar cuanto antes. Su inflado es ligero, fácil, y su elevación en bloque, adquiriendo presión enseguida pero de un modo suave, sin producir sobresaltos ni estrés. Su Shark Nose se encarga a buen seguro de mantenerlo estable sobre la cabeza. Varios pilotos de Delta2 comentan que, a la vista de las informaciones sobre el incremento del dinamismo por el mando mejorado de la nueva generación, esperaban que se disparase o subiese de un modo más diligente. Sorprendidos por la docilidad y estabilidad con relativa poca intervención, apuntan como positivo este noble comportamiento que ayuda a salir al aire con calma. Sin embargo, y también gracias a su nueva estructura interna, el ala no es un ladrillo perezoso y permite despegar de lugares insospechados con facilidad incluso con poco viento o en ausencia de este. Estamos ante un parapente EN-C que ha ganado en deportividad, con lo que una buena actitud por parte del piloto siempre es necesaria. Con viento no resulta especialmente delicado, aunque como digo es una vela de una clase avanzada que sólo precisa una leve tracción de las A´s centrales y cierta atención para no ser frenado en exceso en su camino a la vertical, pero sí capacidad resolutiva para anticiparse reduciendo la potencia de la forma adecuada hasta que ello ocurra. Desde el primer momento ofrece una buena sustentación que invita a acelerar la carrera para salir a disfrutar de sus prestaciones cuanto antes. VOLANDO El Delta3 se muestra sólido y compacto en el aire. Su cohesión y movimiento en bloque es muy similar a los de la vela que sustituye, que destacaba por su estabilidad autorizada en gran medida por el anclaje de sus líneas. De la nueva versión muchos temían que no fuese tan resistente a las plegadas y ello afectase tanto a la seguridad como a la comodidad. Pero la D3 da confianza de inmediato, lo que prueba el esmerado trabajo del fabricante por obtener un parapente que aúna su fórmula de distribución de líneas y el cumplimiento de las actuales normas de homologación. Tremendamente estable en cabeceo. Prácticamente no se retrasa nada como tampoco abate de modo brusco. A pesar de todo, y de ese mordiente suave, la información que transmite para volar térmica es adecuada, mucho más si no se usa un arnés ultraestable de alta competición y se elige uno más versátil como por ejemplo el Forza de su firma fabricante. Ahora el mando es más directo pero nada violento en su comienzo de actuación y mantiene suficiente longitud como para disminuir mucho la velocidad (importante para sacar todo su potencial en ascenso girando en térmica) reservando una alta seguridad. Recordemos, no obstante, que Ozone es una marca que sirve parapentes con los mandos ligeramente largos, pensando que es mejor empuñarlos en posición de pilotaje activo con una vuelta sobre la mano. Ello permite igualmente la personalización por parte de los pilotos quienes, si tampoco los modifican (hay quien acorta unos cms.), disfrutan de mayor comodidad por no llevar los brazos tremendamente elevados en transición. La velocidad “manos arriba” es aproximadamente la de la versión anterior, si bien se ha incrementado notablemente tanto la velocidad como el planeo cuando se hace uso del acelerador, que es cómodo, blando y fácil de accionar. La forma en planta se ha revisado para mejorar la circulación en las puntas cuando se vuela acelerado. Con su nuevo arco, la Delta3 es estable. Probablemente superando –también en comodidad y por supuesto en rendimiento acelerada- a la 2, incluso –o sobre todo- en atmósfera turbulenta donde únicamente entra de vez en cuando alguna puntita de los estabilos (más vivos que en la segunda versión) sin que ello aporte desconfianza invitando a soltar el acelerador o volver a los mandos abandonando el pilotaje a las asas de las bandas C. Mientras se acelera es fácil volar de manera activa la Delta 3 usando estos tiradores de la parte superior de las bandas, que permiten sentir y controlar la vela sin crear resistencia ni inducir movimientos de cabeceo por la intervención sobre los frenos. El accesorio ya estaba presente en la 2 y sobre él se aconseja que los pilotos no familiarizados tomen contacto primero en vuelos sin turbulencia para ir entendiendo progresivamente la sensación de control y evitar así oscilaciones o penduleos. Gobernar con las asas es muy eficaz hasta ¾ de pedal. Por encima de la velocidad que se consigue con ese rango, o con demasiada turbulencia, es aconsejable combinar las manos en las asas con el manejo de la incidencia a través de la liberación suave (no de golpe) del pedal cuando es necesario. No obstante, si no estás seguro por recibir una información imprecisa de la aerología tal vez sea mejor liberar las bandas C y seguir volando activamente con los frenos. Aunque las bandas resultan familiares, el reenvío de la polea ha aumentado su longitud para ofrecer mayor riqueza de pilotaje, detalle heredado de las hermanas mayores de la nueva C de Ozone. La tasa de caída es muy buena. La vela flota y flota ofreciendo la sensación de poder llegar a cualquier parte e invitando a usar el acelerador sin ninguna moderación. Amortiguada pero más informativa que su predecesora (probablemente debido a su estructura interna, ahora más ligera). Una sensación corroborada por pilotos de otras Delta, a pesar de que algún probador internacional apunta percibir menos datos a través de las bandas. Mi teoría sobre esa opinión, tal vez una observación simplificada, es que (además de que refiere volar una talla que no era la suya) quizás una menor “rigidez general” actual, proporcionada por la estructura interna, dulcifica la transferencia de movimientos frente a una mayor sequedad de la anterior, que podía transmitir oscilaciones más bruscas pero no necesariamente más jugosas acerca de la naturaleza de las masas de aire atravesadas, haciendo pensar tal cosa. La reducción de superficie con respecto a la Delta 2 sugiere que quizás no sea necesario volar la 3 excesivamente cargada para que ofrezca lo mejor de sí misma, aunque con la máxima carga siempre se obtendrá una mayor velocidad y un mando más inmediato. He probado la talla ML cargada a tope pero también con 3, 4 y 5 kilos menos del máximo y las sensaciones eran muy parecidas, con ligeros matices y poca penalización de su capacidad para subir cuando va con mucha carga. Creo que, para el tipo de vela que es, moverse en esa horquilla de entre 3 y 5 kilos por debajo del tope es lo idóneo para extraer todo su potencial manteniendo cierta versatilidad. Contar con esa posibilidad de “jugar” con la carga alar dependiendo de si el día es flojo o potente también es interesante. Algo fácil pues la D3 dispone de 6 tallas para facilitar que cada piloto encuentre su tamaño ideal. GIRAR Y SUBIR Es muy ágil y dinámica, con un giro que atrapa. Más precisa que la anterior, gracias al mando mejorado sobre todo en la primera parte del recorrido, que permite un centrado eficaz. Sigue girando plano, pero completa la maniobra sin derrapar ni autoestabilizarse huyendo hacia afuera, como hacía la 2. La presión en los frenos es la justa para sentir el ala y subir con comodidad. Directo en su respuesta, pero nada físico. Tampoco blando, sino “suave”. En térmica es muy eficiente, aunque su mordiente -como indicábamos antes- no es excesivo, Pero resulta muy sensible y permite centrar núcleos con facilidad incluso en ascendencias flojas gracias a ese primer tramo del mando tan aprovechable. Es sencillo colocarla en el punto preciso y el borde de ataque se mantiene alto aunque los giros sean muy cerrados. Sube con facilidad y no es raro estar más alto que nadie en poco tiempo. En atmósfera turbulenta avanza con autoridad y asciende mientras se desplaza. Una vela muy eficiente para cross y competición que hereda comportamientos de las alas de altísimo nivel. SEGURIDAD Las Delta siempre han destacado por ser velas cómodas y seguras, enclavadas en pleno centro de la clase C. El nuevo desarrollo absorbe correctamente las turbulencias en navegación y cuando el ambiente está agitado sus abatidas y movimientos en el resto de los ejes son muy manejables. El ala mantiene su consistencia y con un poco de pilotaje activo no tiene intención de perder la compostura aunque sus puntas tengan más viveza que las de la generación anterior. La conservación del alargamiento real de la versión 2 (6 puntos, 4,4 de alargamiento proyectado) es sin duda responsable del mantenimiento de ese feeling seguro que siempre ha irradiado esta familia. Su mando tiene una longitud tan aprovechable que el punto de pérdida se encuentra muy lejos y es perfectamente reconocible. Es, también, muy resistente al giro negativo. El comportamiento ante plegadas, tanto intempestivas como inducidas, es muy sano y puede hacer pensar que se está bajo una vela de categoría inferior. El parapente mantiene la trayectoria con poca intervención del piloto, aunque no podemos olvidar que se trata de un Sport que se ha deportivizado en relación a su predecesor. Las orejas entran con facilidad, son relativamente estables aunque no parece uno de sus puntos fuertes. Recuperar el vuelo normal tras liberarlas requiere bombeo, pero la arquitectura del suspentaje ha sido muy cuidada para evitar corbatas. Gracias al mando, las maniobras dinámicas son muy divertidas. Es cierto que es una máquina pensada para el cross y no el freestyle, pero facilita maniobras de descenso rápido, siempre dosificables, con un toque de diversión. La restitución de energía en el aterrizaje es muy buena y tomar tierra es sencillo, pero hay que estar preparados para un largo planeo muy cerca del suelo con una vela que, aunque ha reducido superficie, sigue flotando de maravilla. Hemos podido probarla en vuelos de cross en condiciones turbulentas, otros de varias horas en atmósfera más calmada (donde hicimos algunas perrerías) y nos ha gustado su compacidad y la confianza que transmite. CONSTRUCCIÓN Y ACABADOS Aunque han cambiado algunas cosas en esta Delta, como el diseño de su conocido dibujo, la construcción y acabados lleva el sello habitual de la marca. Muestra muchos detalles heredados del desarrollo de otras alas de alto rendimiento de Ozone (refuerzos en borde de ataque –equipado con Shark Nose-, nuevo arco, doble costura 3D en el morro…) y un nuevo plano de suspentaje (por ejemplo las C´s cuentan con una ramificación final en varias líneas cortas) que reduce la resistencia parásita y optimiza muchos aspectos de la conducción. Ya que hablamos de suspentaje, decir que ha sido muy cuidado a pesar de haber visto incrementado el número de cajones. Las cintas de fruncido del borde de fuga siguen una fórmula nueva en esta Delta. Cuando los frenos actúan ofrece mucha precisión (el proceder proporciona la tensión adecuada), pero también libertad cuando se vuela a máxima velocidad. Se ha colocado un refuerzo de náilon al final de la vela (la Zeno también presenta este acabado) que mejora el perfil y sirve igualmente para reducir resistencia parásita. La estructura interna ha sido rediseñada. La vela es ahora más ligera y ha mejorado su comportamiento mecánico. Las diagonales tienen nuevos orificios, se han añadido cintas y las costillas han sido reubicadas y perforadas con nuevas formas. Los mandos, cómo no, son los habituales de Ozone: grandes y blandos, más adaptados a manos de buen tamaño o a quienes las hacen “pasar por el aro” para pinzar el cordino entre pulgar e índice. Sin quitavueltas. Fabricada en tejido duradero: Dominico 30D MF tanto para intradós como para extradós y Dominico 30D FM (Firm) para las costillas. Cordinos sin funda Edelrid serie 8000U. PILOTOS A LOS QUE VA DESTINADA En el momento de su lanzamiento probé la Delta2. Tuve oportunidad de “catarla” en dos tallas, con tres arneses distintos (reversible, carenado ligero, competición), y debo reconocer que, aunque noté diferencias, con todos ellos me pareció un poco sosa. Tanta estabilidad, tanta comodidad… ¡me empalagó! Pero si pretendo ser objetivo debo reconocer que eso informaba de sus atributos para navegar con tranquilidad tanto en cross como en competición. Una auténtica nave antiestrés. La 3 mantiene ese espíritu, pero gracias a la mejora del mando se ha tornado divertida. El despliegue tecnológico de que se beneficia ofrece un rendimiento elevado en un parapente intermedio deportivo que no resulta técnico de volar. Al contrario: transmite confianza. Por ello es perfecta para pilotos en progresión, veteranos o voladores con experiencia que buscan rendimiento sin compromisos, fanáticos de la distancia que no dudan salir a volar en condiciones turbulentas… Perfecta para pilotos que vienen de una EN-B alta y están buscando una vela C bien situada en el centro de la homologación. Ozone dice que para ellos las velas de esta serie siempre han tenido que ver con la transición y el cambio. Una categoría de alas con la que están obsesionados pues la contemplan como el destino de pilotos que vuelan parapentes de esa categoría, pero también para futuros pilotos de competición. Tal vez por ello han tardado tanto en su desarrollo que, seamos sinceros, les ha costado dejarse comer ventas por una competencia que ha respondido con creaciones posteriores, aunque no aportasen demasiado (tal vez algún km/h adicional, un planeo similar y no necesariamente mayor rendimiento global real…) pero que era suficiente para quienes renuevan anualmente y persiguen lo último, que ya sabemos no siempre es lo mejor en términos absolutos. Consultado un miembro del equipo de diseño sobre lo cerca que está esta Delta 3 de la reputada Mantra M6 de la firma, su respuesta es que, sencillamente, no las han comparado. Creen que planean parecido, evidentemente, al tratarse de un nuevo desarrollo. Pero pensaban sólo en ofrecer el mejor producto para sustituir un ala cómoda con gran reputación y quizás el objetivo de igualar prestaciones con velas superiores hubiese distraído de esa tarea. Han pretendido hacer la mejor Delta, que está claro tiene unos clientes diferentes a los de un parapente de mayor alargamiento, otro tacto, otras sensaciones. La Delta3 es la de siempre pero con un mando que la hace aún más divertida, con mejores prestaciones sobre todo acelerada y un cuidado desarrollo para no defraudar a sus adeptos. Un parapente que seguro dará mucho que hablar tanto en competición en la categoría Sport como en los ambientes de los apasionados por la distancia. Se fabrica en 6 tallas y 5 combinaciones de color (de serie). Más información en: http://www.flyozone.com/paragliders/es/products/gliders/delta-3/info/ José Isidro Gordito Ahora que la firma ha anunciado el servicio inminente de su esperada Enzo3 parece el momento de hablar de la Zeno como ese parapente cuya idea original era dotar a los fanáticos del cross de una herramienta competente, y a los competidores en progresión de una aeronave accesible en su camino a los impresionantes bólidos CCC de dos bandas destinados a ganar en la máxima categoría. Si eres uno de ellos seguro que estas reflexiones te parecen interesantes. Siempre que escribo un texto desmenuzando un producto intento hacerlo tras un buen periodo de prueba y contrastando mis impresiones con las de otros pilotos, lo que sin duda aporta un punto de vista amplio y fiable. En el caso de la Zeno no ha sido distinto y he preferido completar más de una treintena de horas de vuelo en diferentes condiciones y unas cuantas tertulias post-navegación para evitar mostrar exclusivamente una “primera impresión”. Si bien las tomas de contacto ofrecen en ocasiones información interesante, considero que la nueva aeronave de Ozone se merecía un trabajo exhaustivo. Además de volar, los testimonios de otros pilotos que poseen la misma vela y proceden o tienen experiencia en otras dos bandas y CCC´s pero, sobre todo, conocen en profundidad la EnZo2 con la que se ha comparado hasta la saciedad, han sido de gran relevancia. En primer lugar necesito confesarme: sí, soy uno de esos pilotos que vienen de una EN D de tres bandas digamos “clásica”. De esas que están en el centro de la homologación. Aunque también es verdad que he flirteado con Serials más picantes, con otras más tranquilas, que paso muchas horas bajo juguetes ligeros de la misma homologación ideados para vuelo en montaña y que he navegado en CCC de las más altas prestaciones. Pero lo que intento decir es que mi punto de vista es primordialmente el de alguien que “asciende” desde un segmento concreto que conoce bien, por si ello ayuda a pilotos provenientes de categorías inferiores o máquinas más “sencillas” que la que centra la prueba. Zeno es un parapente clase Serial para pilotos expertos familiarizados con este tipo de velas, procedente del desarrollo de la EnZo3. Su perfil, muy bien definido, y su arco son resultado de estudios que han dado como fruto una vela situada -tanto en rendimiento como en manejo- entre el citado parapente de competición de alto nivel de la firma y la gama Mantra (M6, LM6) con la que comparte homologación. Podría pensarse que se trata de una EnZo domesticada, pero esa simplificación parece tan incorrecta como concluir que en cualquier marca todas las alas, hasta acabar en las de iniciación, son el resultado de descafeinar las de más alto nivel y a continuación las diferentes familias sin tener en cuenta elementos decisivos para el diseño que permiten destinar productos concretos a cada nivel y tipo de piloto. La Zeno nació como una herramienta que permitiese el acceso al conocimiento de las técnicas necesarias para volar velas de dos bandas a pilotos en progresión hacia la máxima categoría, todo ello sin el impacto que puede suponer pasar de una D clásica a una rapidísima CCC. El resultado es una excelente vela para hacer distancia que atrapará a los “crosseros” y que pilotos veteranos de competición y velas Open pueden exprimir al máximo gracias a su superior seguridad pasiva frente a sus monturas habituales. Su impresionante rendimiento es útil no sólo para competir en la clase Serial; los eventos disputados hasta ahora han constatado que puede plantar cara a los grandes bólidos de última generación de los que –con inferior alargamiento y prestaciones algo reducidas- no parece estar tan lejos. DESDE EL SUELO Con un alargamiento real que se anunció de 6´95 y ha quedado simplificado en las especificaciones de Ozone como de 6´9, 78 cajones y el número de anclajes que proponen sus dos bandas, la Zeno no es precisamente una masa sólida que sube tan compacta y armada como lo hacen sus hermanas M6 o LM6. Una buena preparación en el suelo evita que las puntas se eleven antes que el centro del ala comprometiendo el ascenso y ofreciendo sensación de “vida propia” hasta que el conjunto coge presión. Aun así no es un parapente agresivo que se dispare incontroladamente o se encorbate engorrosamente mientras asciende, como ocurre en muchas velas de alargamiento similar, o incluso menor. Su combinación de tejidos es la misma que ya incorporaba la EnZo2 y curiosamente es la que se emplea para la nueva E3 y similar a la de la mayoría de parapentes ligeros de la marca. Ello hace que suba con gran facilidad pero, precisamente por la propia masa de la tela y su “Shark Nose”, de modo relativamente dosificable para ser una vela de sus prestaciones. A pesar de todo exige mayor control en el suelo que sus familiares de la serie Mantra y cierta experiencia si no se está muy familiarizado con alas de dos bandas. Aunque en vuelo se muestra como una roca, la maniobra de despegue con este parapente –como pasa en prácticamente todos los de sus características- siempre es un momento delicado pues exige actitud, control, velocidad del piloto y cierta confianza de este quien no nota una ingente presión (especialmente en las puntas) durante la fase de aceleración. SALIENDO A VOLAR: PILOTAJE Y GIRO Una vez en el aire el Zeno se muestra sólido. Compacto, cohesionado. Avanza linealmente, en una pieza, y sorprende por su fácil deslizamiento y velocidad, máxime si no se han pilotado antes parapentes de estas prestaciones. Su solidez es precisamente uno de sus puntos criticables para algunos, en especial pilotos procedentes de la categoría reina. Hablan de que filtra tanto lo que ocurre en las masas de aire por las que navega que quizás el piloto reciba poca información. Sin embargo, está demostrando día a día que lo que ofrece es en cierta medida suficiente, sobre todo para no estresar a pilotos que emplean el acelerador “a tope” con frecuencia y necesitan datos discriminados (donde previamente se haya apartado lo que es útil y lo que no). Consultando a quienes suben de categoría las opiniones son contrarias. De modo casi unánime apuntan que reciben más información que con velas tres bandas EN D convencionales, lo que da prueba del equilibrado trabajo que se ha hecho en una puesta a punto que parece intentar conciliar los gustos y necesidades de sus posibles pilotos. Un avance en bloque con trayectoria precisa que sólo se resiente un poco en turbulencia por la viveza de unas puntas que dan datos sobre el tipo de masas que se atraviesan. El mordiente en térmica es suave, no excesivo, lo que también separa un poco el Zeno de su hasta ahora hermano mayor de nombre Enzo2. Es una nave muy ágil, dinámica y enérgica. Incluso más de lo primero que otras D´s de tres bandas, pero a cambio exige– por muy inofensiva que la vean pilotos de CCC´s- mayor trabajo y control de alabeo y cabeceo para mantenerla sobre la cabeza, sobre todo si las térmicas son potentes, turbulentas o están rotas. El giro es soberbio, una de las cosas que más encandilan del parapente por su naturalidad, aunque debido a un arco no demasiado pronunciado requiere cierto esfuerzo para enroscar térmicas dando una sensación de coordinación inferior que la que se tiene con velas de tres bandas. Por el contrario, este diseño hace que la estabilidad en transición sea enorme, ofreciendo su máximo planeo con un par de centímetros de acelerador y un feeling de rigidez que aporta mucha confianza e invita a hundir el pedal. El pilotaje a las bandas B es intuitivo, gracias a los dos cilindros de madera (es bueno esforzarse empujando en cierta medida, con algo de tono muscular en los antebrazos, evitando ir colgado de ellos reduciendo así la velocidad de la aeronave). Se puede hacer casi todo con esos mandos, pues la información que se recibe es suficiente para, con una actuación rápida, evitar algún cabeceo imprevisto. Los frenos se reservan al giro y movimientos de gran amplitud. En una vela tan veloz, y aunque la respuesta es muy directa, no se debe tener un miedo excesivo a una pérdida pues está muuuy lejos y es fácilmente reconocible. El amplio rango aporta un interesante campo de exploración para conseguir la mejor tasa de ascenso. RENDIMIENTO Y SEGURIDAD La Zeno es una vela que se ha comparado hasta la saciedad con la EnZo2. Numerosos enfrentamientos han establecido que gira mejor, rivaliza en velocidad y aún planea 0,4 puntos más que la segunda cuando es acelerada a tope. La ventaja de la EnZo2 puede estar en la mayor cantidad de información que aporta al piloto y una superior flotabilidad en atmósfera calmada y condiciones flojas, a mandos sueltos y sin acelerar. Pero cuando se pisa, o las masas de aire están más movidas, todo cambia. No obstante, el mordiente de la EnZo, lo que se “lanza”, está controlado en la Zeno, que parece un poco más perezosa para tirar hacia adelante. El resultado es, no obstante, el de un producto equilibrado con un rendimiento de Copa del Mundo pero dosificable, que no produce sobresaltos. Es por ello que destaca como una gran máquina para cross. Combinada con un arnés de competición que permita sacar todo su potencial no hay distancia que se resista. Excelente tasa de caída y cómodo pilotaje acelerado (algún truquito que circula por internet permite, con una sencilla modificación en las poleas de las bandas, rebajar la tensión sobre las piernas del piloto), con buen tacto y optimizado para no castigar excesivamente el físico en una máquina diseñada para ir acelerada. Atendiendo a su superficie, que Ozone ha estudiado para que los pilotos de M6 escojan la misma talla que ya volaban pero equipando sus sillas con un paracaídas adicional, se recomienda llevarla cargada hasta 3 kg por debajo del tope en días flojos y a tope en días más potentes. Personalmente he probado las dos opciones (volando una talla MS, que va hasta los 100 kg.) y, aunque se aprecia lo segundo, llevarla cargada tampoco penaliza excesivamente en ascenso, si bien el mando se endurece un poco, se hace más directo y la vela parece más sólida. La mejora de velocidad tampoco es alarmante, y sólo me lo plantearía en competición, no necesariamente para cross. Usarla con 3 kilos por debajo ofrece una enorme seguridad y un buen compromiso prestaciones-velocidad. De ella se recibe más información que de un ala de tres bandas, con lo que acelerada puede resultar relativamente más segura o, como poco, menos sorprendente. Pero, eso sí, también invita menos a “rascar” si nos quedamos bajos y estamos muy cerca de abruptos relieves. No se puede olvidar que es una vela muy avanzada, y hay que saber cómo actuar en cada momento con bandas traseras y acelerador para controlar la incidencia. La letra que ha resultado en su homologación puede dar lugar a dudas y, quizás, malentendidos. Es cierto que la vela ofrece una seguridad similar a otras D´s clásicas con las que rivaliza en comodidad, pero como decimos su exigencia es un poco superior y resulta recomendable que quienes ascienden de la categoría C pasen antes por una Serial convencional. Por supuesto que pilotos con talento, aquellos que hagan cursos de resolución de incidencias en vuelo habitualmente, etc… se pueden sentir cómodos rápidamente con ella. Pero lo idóneo tal vez sea la ascensión escalón a escalón y, se quiera o no, esta Zeno está un paso por encima de otras aeronaves que han obtenido la misma letra a pesar de su comportamiento más “clásico” y menos “deportivo”. También es cierto que no es mucho más delicada que una Serial con tejido de mayor gramaje, donde por cuestión de masa la apertura de cualquier plegada también puede ser muy explosiva. Pero es verdad que la Zeno, aun resultando un poco más fácil que la Enzo2 sobre todo debido a su alargamiento, tiene unas inercias similares a la veterana CCC y por tanto hay que estar muy alerta para controlar una buena abatida en caso de “problema” grave. Resulta igualmente evidente que la absorción de turbulencias en navegación es muy buena, y cuando el ambiente está movido sus abatidas y movimientos son manejables. La vela es muy consistente y a poco que se mantenga un pilotaje activo no tendrá la mínima intención de plegar por esa característica natural a adaptarse a las masas de aire de que hacen gala las velas de tejidos ligeros. CONSTRUCCIÓN Y ACABADOS Su fabricante lo apunta: la Zeno es una vela que está “a la vanguardia” tecnológica y tiene una construcción “compleja”. Irradia tecnología (sólo hay que echar un ojo a su construcción interna) y calidad en sus tejidos, bandas y otros componentes. Cuenta con Shark Nose, larguísimas varillas de náilon, minicostillas en el borde de fuga, cintas transversales de carga en materiales muy robustos, un elaborado sistema de costillas y diagonales... Eso sí, no se deben buscar eslabones giratorios (antigiro, emerillón o quitavueltas) en los mandos. La marca siempre apunta que es para evitar cortes, por lo que hay que estar atentos y deshacer las vueltas normales que se dan con el uso si se quiere proteger los cordinos de la fricción. Los mandos vuelven a ser los clásicos “blandidos” y grandes de Ozone que, como ya he apuntado en otros análisis, seguro hacen las delicias de pilotos con manos grandes aunque a los más pequeños nos queden enormes hasta con guantes gruesos. Las bandas también resultan familiares si se conoce a fondo la colección del productor, aunque adaptadas al sistema 2 elevadores que precisa la aeronave. Con tejido ligero Skytex 27 Classic, excepto en el borde de ataque y parte del extradós donde incorpora Dominico 30D, es relativamente compacta y con un peso contenido (5 kg en talla MS), dada su trabajada construcción. Las líneas son Edelrid de las serie 8000U. Al ser un parapente de altas prestaciones conviene realizar un mantenimiento exhaustivo, y revisar y sustituir el suspentaje en el momento preciso si se quiere conservar su rendimiento. En una de las imágenes, detalle de una de las bandas donde se aprecia la polea tradicional (no anillo cerámico como muchas creaciones modernas), con un cordino de buena longitud para permitir un pilotaje más libre y completo. El mando ha sido modificado. En otra de las imágenes aparece un mando original. Velcro y conducto para limpieza de los estabilos. Sistema de fruncido en el borde de fuga, y acabado con tejido que aporta una mayor tensión y rigidez. FOTOS: JOSÉ I. GORDITO ¿PARA QUIÉN?
Me atrevería a decir que es ideal para aquellos que no comprarían una M6 o LM6 porque precisen más prestaciones pero a los que una EnZo3 les parezca demasiado, no se vean con la capacidad de extraer todo su potencial o sencillamente no la necesiten por no competir en determinados círculos o por dedicarse exclusivamente a hacer distancia sin participar en torneos. Definida por muchos pilotos como sumamente estable, permite ir más a fondo en condiciones turbulentas de lo que velas incluso con mayores cualidades invitan a pisar el pedal del acelerador. Todo un aliciente: atributos aprovechables en cualquier tipo de situaciones. La duración de los tejidos ligeros con los que va equipada es bastante sorprendente. Sólo hay que echar un ojo a las horas que muchos pilotos han hecho a sus EnZo2 para tener una idea de que son más longevos de lo que aparentan. Sea para cross o competición –siempre con permiso de la nueva aeronave de altas prestaciones de la firma- la Zeno es una vela que no deja indiferente. Convierte la energía en altura, como buena vela de competición. Ofrece un giro natural, dinámico, eficaz. Tiene un tacto firme y una respuesta al pilotaje directa y divertida. Y abre otra dimensión: la de las velas de gran planeo y velocidad. Un rendimiento de Copa del Mundo, o “casi”, pero con la seguridad de una vela de homologación EN D capaz de mantener al piloto sin estrés por su solidez. Rendimiento sobresaliente con un compromiso seguridad-prestaciones de altísimo nivel. Se fabrica en 4 tallas y 4 combinaciones de color (de serie). Más información en: http://flyozone.com/paragliders/es/products/gliders/zeno/info/ Agradezco las aportaciones de los pilotos de alto nivel Xevi Bonet, Juan García y Larry Pino, entre otros buenos amigos, que han sido de gran utilidad para la realización de este texto. José I. Gordito La esperada tercera generación de la Delta ya está aquí. Su antecesora marcó una referencia en términos de comodidad y rendimiento aprovechable e hizo las delicias de muchos pilotos alrededor del mundo, que siempre se han mostrado muy satisfechos. El cambio de las normas de homologación puso a prueba al equipo de Ozone para conseguir una aeronave que entrase en la categoría EN-C sin líneas adicionales de plegado, pero que conservase toda la esencia de la Delta2 en lo tocante a seguridad y comodidad. Tres años de trabajo y numerosos prototipos con diferentes alargamientos han desembocado en un parapente de tres bandas que mantiene el de la versión 2 (6 puntos) aunque ha reducido levemente su superficie. Muchos detalles heredados del desarrollo de otras alas de alto rendimiento de la marca (refuerzos en borde de ataque –equipado con Shark Nose-, nuevo arco…) con un nuevo plano de suspentaje (por ejemplo las C´s cuentan con una ramificación final en varias líneas cortas) que reduce la resistencia parásita y optimiza muchos aspectos del pilotaje. Ahora el mando es más directo pero nada violento en su comienzo de actuación y mantiene suficiente longitud como para disminuir mucho la velocidad (importante para sacar todo su potencial en ascenso girando en térmica) reservando una alta seguridad. La velocidad “manos arriba” es aproximadamente la de la versión anterior, si bien se ha incrementado notablemente tanto la velocidad como el planeo cuando se hace uso del acelerador. Muy estable incluso en atmósfera turbulenta donde únicamente entra de vez en cuando alguna puntita de los estabilos (más vivos que en la versión 2) sin que ello aporte desconfianza invitando a soltar el acelerador o volver a los mandos abandonando el pilotaje a las asas de las bandas C. Amortiguada pero más informativa que su predecesora. Un conjunto de detalles que hacen de ella toda una máquina “de cross”. Los mandos son los habituales de Ozone: grandes y blandos, más adaptados a manos de buen tamaño o a quienes las hacen “pasar por el aro” para pinzar el cordino entre pulgar e índice. Sin quitavueltas. Fabricada en tejido duradero: Dominico 30D MF tanto para intradós como para extradós y Dominico 30D FM (Firm para las costillas. Cordinos Edelrid serie 8000U. Aunque han cambiado algunas cosas en esta Delta, como el diseño de su legendario dibujo, la esencia sigue siendo la misma con la calidad en construcción y detalles que irradian todas las creaciones de la firma. Hemos podido probarla en un vuelo de cross en condiciones turbulentas y otro de varias horas en atmósfera más calmada (donde hicimos algunas perrerías) y nos ha gustado su compacidad, la confianza que transmite, su planeo y rendimiento acelerada pero, ante todo, lo bien que sube y lo fácil que gira. Un comportamiento muy sano ante plegadas, que podría hacer pensar que se está bajo una vela de categoría inferior. Orejas relativamente estables aunque no parece uno de sus puntos fuertes. Recuperar el vuelo normal tras liberarlas exige bombeo, pero la arquitectura de suspentaje ha sido muy cuidada para evitar corbatas. Vamos: la Delta de siempre pero con un mando que la hace ¡aún más divertida! Un parapente que seguro dará mucho que hablar tanto en competición en la categoría Sport como en los ambientes de los apasionados por la distancia. Dentro de poco una prueba exhaustiva. Se fabrica en 6 tallas y 5 combinaciones de color (de serie). Más información en: http://www.flyozone.com/paragliders/es/products/gliders/delta-3/info/ José I. Gordito |
AutorBlog del alpinista, piloto de parapente, fotógrafo y cámara José Isidro Gordito ideado para compartir pruebas de material, consejos y astucias que conviertan la estancia en la Naturaleza en momentos seguros y placenteros. Archivos
Mayo 2023
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