La nueva Blacklight conserva las características de rendimiento que hicieron famosa la primera serie pero propone una mayor comodidad, necesaria para que los pilotos puedan extraer todo su potencial sin concentrar su atención en otros detalles. La segunda generación de la EN B “alta” de U-Turn se presenta con el alargamiento moderado del parapente al que sustituye pero muchas mejoras que hacen de ella una competente aeronave para cross. La primera Blacklight se situó en lo más alto de la categoría EN B por un sorprendente planeo resultado, entre otros detalles, de su reducido suspentaje. Una distribución con muy pocos anclajes, nada habitual en las velas de su clase por aquel entonces, configuraba un ala con poca resistencia parásita pero tacto “picante”. Su sensibilidad la hacía muy eficaz en la detección de focos térmicos, confería un comportamiento muy divertido –lógico en una marca que lleva la acrobacia en su ADN- pero desembocaba en una navegación mejorable en términos de estabilidad, sobre todo en alabeo, en transiciones aceleradas. Tuve ocasión de probar la Blacklight original en dos tallas distintas y con diferentes arneses, constatando su sensibilidad tanto al tacto como en comportamiento dependiendo ante todo de la silla elegida. También pude observar que era una vela precisa a pesar de un recorrido relativamente largo de los frenos. Y, por supuesto, que era buena escaladora y ofrecía una tasa de caída que sacaba la sonrisa del piloto. Partiendo de esa base, aunque con un nuevo desarrollo que se ha extendido dos años, la firma ha creado un parapente de tres bandas que reduce el alargamiento de la versión uno (5,61 puntos frente a 5,8) e incrementa el número de cajones en 9 (ahora 59). Las 8 tallas originales se reducen a 4, con lo que los pesos y superficies no se relacionan directamente. Sin embargo, con ellas se intenta ofrecer medidas a todo tipo de usuarios pero es cierto que los pilotos que usaban la XXS, XXL e incluso parte de los que empleaban la XL, tal vez puedan quedarse sin su Blacklight ideal. El incremento del número de cajones ha elevado ligeramente el peso con respecto a la versión anterior en esas tallas que pueden equipararse. U-Turn apunta, no obstante, que la masa se ha reducido y eso es tal vez porque sólo se tienen en cuenta los materiales y el diseño. En cualquier caso no hay mucha diferencia global y es cierto que, a la vista de las mejoras, resulta encomiable el esfuerzo de la firma ofreciendo un brillante resultado en términos de peso para una construcción más compleja. Al extraer de la funda ya se aprecia la calidad de construcción y confección de U-Turn. Un acabado soberbio cargado de pequeños detalles astutos y prácticos que harán las delicias de los sibaritas. PREPARACIÓN E INFLADO El inflado de la B2 es ligero, sencillo. Se eleva en bloque aunque mejor si se tracciona exclusivamente de las A´s centrales, evitando así que las puntas suban antes que el centro del ala. Las velas modernas, cada vez más ligeras, suben sin problemas incluso con poco viento, por lo que no es preciso tirar con violencia de demasiadas bandas primarias. Unas bocas de cajón pequeñas, rediseñadas con respecto a las que presentaba su antecesora (antes semielípticas, ahora rectangulares) y su Shark Nose se encargan de mantener el parapente sobre el piloto. Es dócil y estable, requiriendo poca intervención. Con viento no resulta delicado, pues a pesar de su rendimiento es un ala de una categoría segura por definición. Los frenos pueden hundirse sin que la vela catapulte y desequilibre al piloto. La “toma de carga” es rápida y desde el primer momento ofrece una buena sustentación nada violenta aunque notablemente vertical. Todo invita a acelerar para salir a volar lo antes posible. SALIR A VOLAR El Blacklight2 es sólido y compacto en el aire. Muy resistente a las plegadas, da confianza de inmediato pero, sin embargo, no se percibe una alta rigidez. Su cohesión y movimiento en bloque es muy superior a los de la vela que sustituye. El mando es directo aunque tal vez un poco largo y, a pesar de que la vela responde con celeridad la sensación que tiene el piloto es quizás de excesiva amortiguación. Falta algo de “comunicación”, pues aunque el ala responde la sensación que se tiene no es de conexión directa y el cerebro debe adaptarse un poco. Requiere un corto período, si bien imprescindible para sacar el mayor partido al parapente y “hacerse uno” con él. Los frenos mantienen suficiente longitud para disminuir mucho la velocidad (importante para sacar todo su potencial en ascenso girando en térmica) reservando una altísima seguridad. Recomiendo dar una vuelta al cordino alrededor de la mano para trabajar en lo que se conoce como “posición de pilotaje activo”. De ese modo la longitud se acorta sin riesgos pero ofreciendo un tacto más directo al actuar. La velocidad ha mejorado con respecto a su predecesora. La Blacklight 2 tiene un recorrido de acelerador corto pero muy aprovechable y, aunque no se aprecia un cambio fulminante como ocurre en categorías superiores (a pesar de que hay una ganancia de unos 14 kms., aproximadamente entre los 39-40 y los 53-54 km/h), el rango es muy adecuado a la clase en que se enmarca el parapente, que mantiene siempre una excelente tasa de caída sea cual sea la velocidad. Con un tercio del pedal, de tacto blando, a velocidades que rondan los 44-45 km/h ofrece probablemente su mejor planeo. Muy estable en cabeceo cuando se usa el acelerador. Flota y se desliza con dulzura empujando a cubrir largas distancias. En atmósfera turbulenta confiere tranquilidad expresando su seguridad con una buena presión interna, incluso en las puntas, y demostrando estar en el centro de la homologación en ese sentido. Como el mando tiene una longitud muy aprovechable, el punto de pérdida se encuentra muy lejos y es perfectamente reconocible. Es muy resistente al giro negativo. El comportamiento ante plegadas, sean inducidas o intempestivas (sólo tuvimos un pequeño amago tras bastantes horas de vuelo y exclusivamente en una de las tallas, tal vez porque la atmósfera estaba más turbulenta ese día) es muy sano. La vela guarda su trayectoria casi sin intervención del piloto lo que demuestra una vez más que se ha suavizado con respecto a su predecesora. Las orejas entran con facilidad, son estables y por lo general no requieren bombeo tras liberarlas. La barrena entra relativamente fácil, pues la vela enrosca deprisa aunque de forma dosificable y no demasiado violenta. La abatida es franca y su recuperación rápida y con cierta energía, pero sin aportar en ningún momento sensación de establecerse en una configuración que dificulte o impida el control. Es una EN-B de buenas prestaciones para pilotos que quieran hacer vuelos de distancia, ser competitivos en la categoría Club o que persigan rendimiento sin progresar más allá de la clase EN-B. La restitución de energía en el aterrizaje es buena. Tomar tierra es muy sencillo después de un suave redondeo. GIRANDO Una vela ágil y relativamente dinámica pero que no se desmadra en ningún momento. La primera parte del recorrido del freno no parece muy eficaz, sin embargo gira muy bien aunque el alabeo no es muy pronunciado y tiende a autoestabilizarse y enderezar el giro (que parece preferir amplio) y puede ser necesario utilizar bastante el cuerpo si se quieren aprovechar núcleos estrechos. Es más precisa que la anterior una vez situada en el viraje, y gira mucho más plano. El recorrido del freno que se necesita para girar térmica y maniobrar es largo. Endurece gradualmente pero no tanto como para impedir usar la parte final que ofrece una velocidad mínima bastante baja. Quizás lo que llama más la atención del ala y la hace más personal cuando se pilota son dos características particulares. Por un lado ese tacto amortiguado a que hacíamos referencia, y al que hay que acostumbrarse un poco. Sobre todo porque invita a llevar la vela más frenada de lo que tal vez se haría por costumbre, con la finalidad de extraer su potencial en ascenso, que es sensacional. Por otro que, cuando se entra en la térmica ofrece un ligero traqueteo. Un movimiento de rotación en el eje vertical hasta que el transversal penetra en la térmica. Algo así como una forma de abrirse camino en varios tiempos, y no mordiendo agresivamente con el área central o todo el borde de ataque. Es sólo cuestión de un segundo, porque se establece rápidamente dentro del núcleo demostrando que es un parapente que hace muchas cosas bien sin alarmar o sorprender en aspectos concretos. Una prueba más de que ha ganado en comodidad y reducido exigencia para ampliar el espectro de pilotos que a él se acerquen. Hemos probado dos tallas distintas con arneses diferentes -entre el centro de su horquilla y con carga superior hasta prácticamente su rango total- sin apreciar diferencias en lo tocante a seguridad, aunque sí a conducción. Una silla estable, pensada para cross o competición pero que ofrezca cierta ayuda en el giro permitirá sacar mayor partido que un arnés ligero pensado para montaña o aquellos para actividad lúdicas como vuelos de ladera o simples descensos. Por la tendencia a enderezar el giro de esta Blacklight es conveniente no pilotar con sillas demasiado “blandas”, como tampoco arneses tremendamente estables que no ayuden en banqueo como los ideados para emparejarse con velas de dos bandas y altas prestaciones. NAVEGANDO La Blacklight es sensible; una husmeadora de térmicas. Muy “flotona” y eficiente en condiciones flojas. Sube increíblemente bien; una de sus características más sobresalientes. En turbulencia no demasiado reactiva, pues todos sus movimientos son predecibles y nada bruscos. Transforma los pequeños cabeceos en ascenso, como lo hacen las velas de competición de altas prestaciones, aunque por supuesto no con tanta eficacia y diligencia como aquellas. Su contenido alargamiento ofrece una gran compacidad pero el rendimiento, como hemos expuesto varias veces a lo largo del texto, es alto, ofreciendo un notable planeo de unos 10´7 puntos y una velocidad superior a la de su antecesora. CONSTRUCCIÓN Y ACABADOS La construcción y acabados mantiene la línea de alta calidad habitual en la firma. Un producto cargado de pequeños detalles, muy apreciados por los amantes de las buenas ideas. Esta Blacklight2 lleva morro de tiburón, que incrementa su presión interna, la mantiene estable sobre la cabeza del piloto, la estabiliza a alta velocidad… El uso del patronaje 3D ha derivado en un borde de ataque y perfil limpios. Unas varillas curvas en el extradós permiten que la vela apenas ofrezca cabeceo o se deforme, de manera que incluso en aire movido atraviesa sin inmutarse, cambiar el rumbo o moverse más de la cuenta, lo que repercute en su eficacia y planeo. El borde de fuga lleva una cinta de refuerzo que mejora el perfil y, según exponen ya varios fabricantes, reduce resistencia parásita. El esquema de suspentaje es mixto, con cordinos con funda abajo y sin funda en la parte superior. Algunos de los cordinos han ganado grosor con respecto a la primera versión. Es una 3 líneas por lado, con 3 bandas y configuración 3,5 líneas totales. Las bandas son estrechas, aunque en la zona de anclaje se han ensanchado para repartir mejor la carga sobre los mosquetones y evitar movimientos de gran amplitud que hagan trabajar fuera de su eje más resistente. Vienen identificadas con un código de color (verde-rojo) para distinguir derecha e izquierda. Un par de velcros cosidos en la propia vela, a la altura del borde de fuga (parte central) permiten transportar las bandas unidas y ganar tiempo del piloto que siempre sabrá que todo está preparado para conectar y despegar a condición de haber guardado todo en orden. La astucia sirve, a la vez, para saber cuál es el centro de la vela (muy útil para el plegado cajón por cajón). Las bandas C no llevan ningún puño, asa, cilindro o bola para tirar de ellas; puede pilotarse agarrando la propia banda a la altura de la cinta de la anilla cerámica que hace de polea del freno. Esta cinta, la de reenvío de la polea (aquí anilla cerámica) tiene una longitud media, lo que permite explorar diferentes modalidades de pilotaje traccionando del freno hacia el cuerpo o separándolo y modular así lo plano que se desplaza el ala en el viraje. Los ganchos metálicos del acelerador tienen poco espesor aunque son bastante robustos. El sistema de aceleración se completa con unas bolitas limitadoras rojas que facilitan, definen longitud y acotan en cierta medida el accionamiento, que así se realiza de manera clara en varios tiempos. Las poleas vienen cuidadosamente protegidas con los clásicos capuchones, que en este caso son de neopreno. Los mandos son los ahora habituales de U-Turn: grandes pero regulables con un velcro. Quedan un poco asimétricos una vez recogidos en su posición de mínimo perímetro, pero dan opción a pilotos con manos pequeñas. Llevan emerillon metálico antigiro o quitavueltas y el cordino de freno incorpora una funda cosida en la zona de contacto para evitar cortes. El anclaje a las bandas es mediante broche metálico automático. Fabricada en tejido ligero pero duradero: Dokdo 20. Las bandas son estrechas, aunque en la zona de anclaje se han ensanchado para repartir mejor la carga sobre los mosquetones. Vienen identificadas con un código de color para distinguir derecha e izquierda. Un par de velcros cosidos en la propia vela, a la altura del borde de fuga permiten transportar las bandas unidas y ganar tiempo La astucia sirve, a la vez, para saber cuál es el centro de la vela. FOTO: J.I.G. ¿PARA QUÉ PILOTOS? La Blacklight2 es una vela que no asalta por ser picante en una característica determinada pero que sorprende por ser muy cumplidora y versátil, además de por ofrecer un planeo sensacional. Ideal para pilotos que progresan desde una B más conservadora o para quienes conocen bien la categoría pero tienen ambición por afrontar distancia con una máquina que ofrece una cuidada combinación entre altas prestaciones y seguridad. La EN B alta de la firma alemana se ha remodelado para convertirse en una club clásica en lo que a manejo se refiere, pero manteniendo las buenas características y superando las altas prestaciones que convirtieron a su predecesora en toda una referencia en la categoría. Muy cómoda, demuestra ser una completa máquina para cross. Y gracias a su construcción robusta pero ligera hará dudar a más de uno si escogerla como opción para sus subidas a pie a los despegues o sus hike&fly´s poco comprometidos. Se fabrica en 4 tallas y 4 combinaciones de color (de serie). Más información en: http://u-turn.de/web/english/products/paragliders/blacklight-2 José I. Gordito
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AutorBlog del alpinista, piloto de parapente, fotógrafo y cámara José Isidro Gordito ideado para compartir pruebas de material, consejos y astucias que conviertan la estancia en la Naturaleza en momentos seguros y placenteros. Archivos
Mayo 2023
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